—Tu beso infinito, te amo —susurré con muchas emociones saliendo a flote.—Tati, ese beso siempre estará conmigo —la tía acarició su mejilla.Continúo dibujando, mi tía tejiendo y mientras hablamos. Le conté algunas cosas, tampoco quería traer problemas y fue agradable verla sonreír. Cuando terminé le mostré el dibujo y me abrazó. Quedó hermosa con su pañuelo, su mirada puesta en la tela y su sonrisa presente.—Es precioso, guárdalo tú. —Claro, será mi tesoro. Me tengo que ir, voy a casa de papá.—Todo se solucionará Tati, solo vive y sonríe. Nos abrazamos, en eso llega la enfermera con comida.—Hora de comer, ¿deseas comida, linda?—dice la enfermera y coloca la bandeja en la falda de mi tía. —¡Gracias! Pero ya me voy, pronto vendré y será maratón de películas.Me pongo las sandalias, me despido y las dejo en el cuarto. Voy con mi dibujo en la mano, al salir me topo de frente con una rubia. Ella se queda pasmada al verme, es un poco más alta que yo, flaca, pero con cintura. La mira
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