Se encoge de hombros, el que calla otorga. Nunca me importó lo que pensaran de mi persona, pero me sentí gacho. De tantas mentiras en mi contra y que fuera en específico ella, fue una puñalada en el corazón. Parece que se refleja mi sentir porque agarra mi mano.—Kendrick, nunca te he criticado, en cambio, he amado tu manera de vivir —sus ojos se ven angustiados y no me gusta ser el culpable—. Acuérdate, siempre he escuchado lo malo tuyo. Aunque nunca te critiqué —puso la otra mano en su pecho—. Por otro lado, me has sorprendido —alcé una ceja cuestionando—. Eres inteligente, para crear un videojuego necesitas ser creativo y responsable —sonriendo por su halago asentí—. Eres brillante.—Me dolió que pensarás que era un inútil —confesé—. Imagino que lo has escuchado de tu madre. Te demostraré que soy diferente, no soy lo que suponen en la prensa.Arrastra su silla hacia mí, me agarra de las mejillas y sus ojos recargándose con los míos. Veo su nerviosismo, pero saca fuerzas y me besa.
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