Elena dejó que la brisa nocturna acariciara su rostro, sumida en sus pensamientos. Su boca estaba relajada, como si la tensión de antes se estuviera esfumando. Dorian le había dado su espacio y ahora su piel estaba fría después de al menos media hora en cubierta. Abajo, el sonido de las olas era relajante. El ambiente era tranquilo, casi todos menos el personal del crucero había ido a dormir. Solo las luces de la nave daban vida a aquella oscuridad que la rodeaba desde lejos, y aun así ella estaba en calma.Como si todo le indicara que empezara desde cero.Quizás todo comenzaba a organizarse en su vida y ella debía aprovechar, pero en vez de pensar en el futuro era mejor si se dejaba guiar por el presente. Y el presente no tenía mal pronóstico. Un proyecto decente que le daría una buena paga, su esposo que se estaba portando realmente de lujo, y sobre todo tranquilidad.Si Dorian recobraba el resto de sus recuerdos nadie sabría qué pasaría, por el momento… debía aprovechar, solo reafi
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