A diferencia de lo que pensaba el sabor era algo realmente excitante, un poco amargo, pero nada desagradable, ni tampoco la textura, era simplemente extraño y nuevo para conocer. Los labios de Elena se encontraban sobre el glande hinchado, y lo rodeaban sin poder llevar el resto del miembro a su boca, no sabía cómo podría, y agradecía que el hombre no la forzara a tomar más de momento. Mientras tanto compensaba moviendo su lengua de forma circular sobre la piel.Podía oír a Dorian gemir y ver su pecho subir y bajar sobre todo cuando la punta de su lengua rozaba la parte trasera del glande, justo en un punto. Cada vez que lo lamía este se estremecía y temblaba debajo de ella.Abrió su boca dejando hilos de saliva que conectaban piel con piel y siguió hacia abajo, por todo lo largo del falo lamiendo la piel, por encima de las venas y rozando las cuentas. Sus manos también ayudaban en el proceso. No sabía si lo estaba haciendo del todo bien, pero tenía que decir que era bastante divertid
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