Este era el momento en que la respuesta que diera Elena podía decidir muchas cosas, pero la mirada de Dorian era una advertencia total. Decir lo inadecuado, que ella sabía perfectamente que era sería un serio problema, y rodeada de mar y sin tener a donde escapar… no era una opción. Así que hizo a su cerebro trabajar rápido en una respuesta.-Solo lo mencioné por mencionar. Estaba nerviosa por la situación y dije lo primero que me vino a la mente- respondió- Pensé que con eso Klaus se estaría tranquilo.Dorian entrecerró los ojos, como si no estuviese muy convencido de lo que ella había dicho. Se acercó a ella y puso una mano a cada lado de su cabeza aprisionándola contra la pared. Acercó su rostro hasta dejarlo a solo centímetros de ella.-¿No me estás mintiendo Elena? Porque no me gusta que me mientan.Elena creyó que de alguna forma él se había enterado de los papeles que ella había solicitado, después de todo ahora estaban en manos de Leon. Este le había dicho que no le diría nada
Elena había visto trenes en las películas antiguas y nunca le habían llamado tanto la atención, pero ahora dentro de la cabina de uno, de la forma en que se movía y sonaba, como se sentían los asientos y hasta el mismo olor… era impresionante. Lo mejor era la vista. Tanto ella como su esposo habían sido puestos en una de las cabinas privadas y aunque era un medio de transporte antiguo estaba bastante bien cuidado.El compartimiento estaba cerrado y rodeado de cortinas que les daban total intimidad, dejando solo descubierta una enorme ventanilla que daba cabida a una hermosa vista de los paisajes una vez que salieron del pueblo. Elena parecía una niña arrodillada en el asiento que estaba frente al de su esposo, con las manos sobre el cristal. Sus ojos muy abiertos y brillantes, y en su boca una expresión de impresión.Dorian delante de ella tenía su rostro recostado contra su mano. Era extraño ver a Elena de tan buen humor y con una sonrisa en su rostro, parecía radiante. Ni siquiera h
-Madreeeee- un niño de apenas 5 años, con el cabello oscuro corría en dirección a la mujer que cortaba vegetales en el huerto.Esta con una sonrisa cansada y con marcadas líneas de expresión en su rostro realmente joven se enderezó y abrió sus ojos para recibirlo.-Madre, mira- el niño abrió la mano en donde una mariposa revoloteaba después de salir de su confinamiento. A esta le costó estirar las alas para volver a volar.La sonrisa en el rostro de la mujer se desvaneció, siendo reemplazada por una de dolor y angustia. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras estos estaban fijos en la pequeña mariposa. Se dejó caer de rodillas sujetando la mano de su hijo donde estaba el pequeño ser y esperó a que esta pudiera volar torpemente para alejarse.-¿Mamá?- el niño no entendía. Le había traído la pequeña mariposa para alegrarla, pero por el contrario su madre parecía realmente triste -¿Por qué lloras?-No atrapes a los que son más pequeños y débiles que tú, no les hagas daño, no les quites
-Dorian, ¿es el pequeño Dorian?- una vez a su lado se escuchó, desde la otra casa.En la puerta había mujer entrada en años, con canas, pero que debía rondar los 60 años aproximadamente. Su rostro mostraba signos de haber sido muy hermoso cuando joven, y en ellos mismos se mostró una sonrisa al recibir un asentimiento por parte de Dorian.-He venido de visita.Irene salió limpiándose las manos en su delantal. La mujer se giró antes y llamó a un tal Jaby y caminó hacia ellos. Tomó las manos de Dorian cuando estuvo delante de él.-Nos llamó ese hombre que trabaja contigo, Leon, el que todos los meses nos manda dinero para mantener la casa y nos dijo que vendrías, pero vaya verte en persona es increíble- la mujer tenía los ojos ligeramente aguados- Estás tan grande. Como has crecido, eres todo un hombre ¿Y cómo está tu madre?-Irene- el hombre que se puso a su lado le tocó el hombre. Parecía un poco mayor que ella, pero amable- Dorian, es bueno verte después de tantos años. Ya Leon nos p
Elena no supo si tuvo suerte al escuchar los pasos de su esposo minutos después bajando la escalera junto con Jaby, los dos parecían llevarse realmente bien, aunque al entrar en la cocina la atmósfera entre ellos dos parecía algo tensa. Dorian caminó hacia ella y se sentó a su lado poniendo su mano sobre uno de sus muslos.-Y bien ¿la pasaron bien si nosotros?- Jaby bromeó- Ese té huele de maravilla- el hombre se acercó a donde estaba la tetera.Irene le palmeó el brazo.-sal de la cocina, sabes que no me gusta que estés aquí adentro cuando estoy aquí- dijo la mujer con una rabia fingida mientras posicionaba unas galletas en una bandeja.-Como diga la reina- él hombre salió y se sentó junto a la pareja- mi mujer me maltrata todo el tiempo.-No es lo que yo veo- Dorian le respondió.A diferencia de antes, incluso después de perder la memoria, y es que mucho antes, cuando ella lo había conocido, Dorian parecía mucho más relajado en este lugar que en cualquier otro. Incluso sonreía mucho
-No, Dorian espera, aquí no, detente- Elena jadeó mientras su cuerpo temblaba y no era por la temperatura fresca del agua que caía y corría por su piel.-¿Por qué no? Estamos tú y yo solos aquí adentro, nadie nos va escuchar.Después de volver de la casa donde Dorian habían vivido de niños habían subido y sus cuerpos necesitaban un baño para quitarse todo el polvo del viaje y la visita. Dorian no había tenido reparo encargarla y llevarla al baño donde ahora estaban encerrados y él la tenía contra las baldosas debajo de la ducha. Su boca dejando un surco de besos en el cuello de la mujer mientras sus manos masajeaban las nalgas de la mujer pegándola a él.-No te resistas Elena. Si sé que te gusta- una de sus manos se metió aún más atrás entre los glúteos de la mujer y rozó con su sexo- Estás húmeda. Te encanta que te toque.-Sí, pero no cuando hay personas abajo y estamos en casa ajena- Elena protestó por no sabía que vez- Me vas a matar de la vergüenza. Así que contrólate un poco.Dor
Dorian se sintió completamente desplazado cuando Elena se centró en los cachorros. Era la hora de comer, pero ella estaba entretenida con los tres pequeños y con una enorme sonrisa en sus labios. Parecía realmente feliz con solo el hecho de poder tocarlos. Se acercó a ella y se sentó en el suelo a su lado.-¿Te gustan tanto lo perros?- fue entonces que él se percató que apenas conocía los gustos de ella. No era que tuvieran una comunicación amplia y ahora es que aprendían uno del otro.Elena asintió ahora con los tres pequeños en su regazo. La madre solo miraba desde su cama, como si supiera que ellos estarían bien con ella.-Nunca pude tener cachorros en casa, ni tampoco perros grandes. A mi padre no le gustaban y tampoco me dejaba tiempo para poder atenderlos- había una expresión de decepción en su rostro- Así que ahora debo aprovechar el momento- una sonirsa adornó su rostro Y Dorian no pudo dejar de mirarla.Elena se veía realmente linda sonriendo. No pudo evitar inclinarse hacia
Hablar con personas que no te estuvieses juzgando tanto con las palabras como con la mirada era algo que Elena encontró realmente agradable y fuera de lo habitual. No se quejaba. Desde pequeña cada pequeña actividad que realizaba siempre estaba controlada y era regañada, criticada y hasta castigada si la hacía mal. Pero que solo le preguntaran…¿Cuál era su trabajo?¿Cómo se había desempeñado?¿Qué planes tenía para el futuro?Y sobre todo…Si era feliz haciéndolo, fueron cosas que realmente le sacaron una sonrisa durante la cena junto a la pareja.Estando allí, casi en medio de la nada, sin todos los lujos con los que había crecido, se sentía mucho más gratificante de lo que pensaba. No se sentiría mal si dejaba todo de lado por momentos de felicidad y tranquilidad como aquellos.Y Dorian a su lado podía ver como su esposa se relajaba mientras disfrutaba de su comida y se soltaba cada vez más hasta que habló con más confianza. Y hasta sintió un poco de envidia. Elena no era ni de lej