LYONLlegue a la mansión y apenas entre Yuslevi no bajo a recibirme. Eso se me hizo extraño, ella siempre bajaba cuando me escuchaba llegar, en cambio la que estaba ahí era mi madre.—Hijo —me recibió con una sonrisa. —Al fin llegas. —¿Y Yusle? ¿Se la pasaron bien? —pregunté.—Esa se la ha pasado todo el día fuera. Solo nos vimos en la mañana para el desayuno y fue un completo desastre, se fue dejándome sola sin ningún tipo de educación. —¿Ella hizo eso? — No sé cómo la toleras, no, ni siquiera entiendo cómo es que terminaste teniendo una relación una mujer así. Mejor ven y cena algo, ya es tarde. —No tengo hambre. —saque mi teléfono y marque al teléfono de Yuslevi pero lo tenía apagado. ¿Qué mierdas pasaba aquí? Seguí llamando pero no caía la llamada, le envié mensajes y no recibía respuesta. “¿¡Por qué mierdas no contesta el maldito teléfono!?”—Lyon, déjala ya aparecerá. —Madre, por favor —seguí llamando. Me quite el saco y me senté en el sofá, no dejaba de mirar el celula
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