CINCO AÑOS DESPUES.—Yusle pareces artista, vestida siempre elegante y maquillada —dijo Elaine. —Ya ves que si es cierto lo que dicen, no hay mujer fea sino pobre. —respondí. Los había invitado a ella y Joshua para la celebrar el cumpleaños de mi esposo, Nare llegaría pronto con Mathew y Joaquín vendría con ellos. Acaba la firma de libros de mi última novela. Lyon ya pronto llegaría de la empresa, Elaine y yo hacíamos un video llamada a Alex, hace tres meses al fin se había casado con Edward Abernathy y estaban de luna de miel. —¡Hola hermanas! —exclamó cuando contestó, ella estaba en traje de baño.—Amiga te ves bella. Ese bronceado te luce —respondió Elaine. —Que suerte la tuya amiga, mírate en la playa que envidia. —dije.—A ti tu alemán te llevó a París, Alemania y Milán en su luna de miel. Coño, la que debería envidiarte seria yo —solté una gran carcajada.—¿La estas pasando rico allá?—¡Por supuesto! ¿Qué no me ven? Estoy más que feliz.—Bueno, bueno sí. Fue una pregunta t
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