Salvatore guardó la nota junto a las demás, en el primer cajón de su escritorio y se aseguró de cerrarla con llave. No había recibido noticias del paradero de Nina desde que Isabella había regresado a vivir con él, ella lo había llamado el mismo día que los paparazis publicaron fotos de ambos.Nina había despotricado contra él y luego había colgado. Desde entonces las notas habían llegado a diario al correo donde le llegaban obsequios de sus fans. Su equipo de seguridad estaba tratando de averiguar de donde provenían, pero no era fácil. Habían rastreado el origen, pero Nina nunca dejaba las notas en persona. Ella pagaba a diferentes personas para que lo hicieran. Los habían interrogado, pero cada uno daba una descripción diferente. Cabello rubio, castaño, pelirrojo. Ojos azules, verdes, marrones.Habría llegado a pensar que quizás no se trataba de ella, si no fuera por las cosas que estaba escrito en cada uno de los papeles y por como firmaba. “Con amor, N.”Isabella estaba al tanto d
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