Capítulo 32: Una batalla ganada

Frente a los ojos de Isabella se desarrolló una de las escenas más emotivas. Salvatore levantó a Caeli sobre sus piernas y la abrazó.

—Cariño mío —dijo él y luego la besó en ambas mejillas.

Caeli tomó a Salvatore de las mejillas con sus manitos y se estiró para besarlo en la frente. Por un instante fue como si el resto hubiera dejado de existir para ellos. La conexión que ambos compartían era más que evidente.

—Esto es tu culpa. —Ismaele se puso de pie, sus ojos llenos de furia—. Ella es mi hija, pero gracias a ti está confundida.

Salvatore, quién hasta ese momento había estado absorto mirando a Caeli, levantó la mirada y abrió la boca para responder, pero Isabella decidió hacerse cargo.

—¿Cuándo es sus cumpleaños? ¿A qué edad dijo sus primeras palabras? ¿Cuándo le salió su primer diente? —Lanzó una pregunta tras otra. Mantuvo la voz calmada en todo momento para no alterar a Caeli.

Ismaele se quedó en silencio, como era de esperar.

—Padre no es el que engendra —continuó—. ¿Sabes lo ma
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