Isabella estaba preparada para ver su nombre y rostro aparecer en la televisión y revistas; pero no en la magnitud que sucedió. Las personas parecían reconocerla a donde fuera. Y, como si fuera poco, sus amigas se aseguraron de llevar la cuenta de las veces que se repitió su entrevista en los próximos dos días solo para dejárselo saber cada vez que llamaban.Su celular sonó con notificación de mensajes varias veces también. A ambas les pareció divertido enviarle algunos los mensajes que encontraban en páginas de videos o revistas online, por supuesto solo los más graciosos. Y sí que se había reído con ellos.No eran las únicas que encontraron fascinante bromear sobre su reciente popularidad. Su, siempre ocupado, hermano también había encontrado algunos minutos para llamarla y hacer algunas bromas de las suyas. No le sorprendió ni un poco. Podían preocuparse el uno por el otro, pero nunca desaprovechaban una oportunidad para torturarse. Era parte de ser hermanos.Se tomó todo con humor
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