- Deberías irte, cariño.- No debo haber pasado, Irina. no pude estudiar Francis, quien me solicitó en el último minuto.- Mamá, está mintiendo. Este diablito siempre ha sido un buen estudiante y todos lo sabemos.- Francis, no la llames demonio. – se quejó Irina.- Pero todos la llamaban así.- Yo era un niño, Francis. Observé, rodando los ojos.- Un niño demoníaco. - Irina se echó a reír. “A veces mentía que Francis no estaba en casa para que no destruyeras todo en mi casa.- Irina, ¿fuiste tan mala conmigo?- Un poco, lo confieso. Además, era un poco posesivo con mi Francis.- Ya veo, hijo único.- No eres hijo único y tu madre también es posesiva contigo. – observó Francisco.- Bueno, Irina se dio cuenta de que yo no ofrecía ningún riesgo y empezó a quererme. Cambié de tema, quitando el foco de atención de mi madre.- No es lo mismo. Me di cuenta de que no tenía sentido ir en contra de ustedes dos. Al final, pensé que ustedes se unirían tarde o temprano y lo perdería de una forma
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