—¿Donde está tu señora?- interrogó Umara al rebelde que aún quedaba vivo, prisionero dentro de una cárcel de hielo.Habiéndo curado a Sarab, Umara le pidió a Mem que regresara con Cítiê y ella al campamento, las chicas protestaron, por supuesto, no deseaban bajo ningún concepto abandonar a Umara.—Por favor…puede que Burya y Zai necesiten refuerzos, además, si cuatro fieras hambrientas no pudieron devorarme, dudo mucho que Cassandra tenga mejor suerte.Tras varias protestas y muchas quejas, las mujeres se marcharon de regreso al campamento, dejando a Umara a solas con el rebelde—Aléjate de mí, bruja.- el rebelde escupió a Umara en el rostro.- en mi país a las mujeres como tú las quemamos vivas.Umara sonrío.—Es un alivio entonces que no estemos en tu país, ahora responde, ¿dónde está Cassandra?***Cassandra supo que la batalla estaba perdida en cuanto vio al ejército replegarse, los rebeldes estaban temerosos del terrible lobo que los despedazaba, de los capitanes que los pasaban p
Leer más