Agua en el desierto:

—¿Crees que tendrá solución nuestro problema?¿Seremos capaces de darles hijos a nuestro amado algún día?- susurró Cítiê, visiblemente consternada.

—Quizás, con el tiempo. Tal vez dentro de unos cinco a diez años…- aventuró a explicar Umara, lo cierto es que ni ella misma estaba muy segura, la mezcla de dos venenos hacía las predicciones inexactas . La única persona que podía darles una respuesta clara y segura, se negaba a hablar. Habiendo tomando un voto de silencio desde la muerte de su hermano: Cassandra.

—¿Que hará nuestro amado con ella?- preguntó Mem a Cítiê.

—Aun no nos lo ha comunicado, pero sospecho que la dejará en prisión por el resto de sus días.

***

El desempeño de las Lunas en sus diferentes cargos era brillante. Cítiê y Burya escuchaban las querellas del pueblo con gran paciencia y justicia, intentando llegar a un acuerdo entre ellas primero antes de impartir un veredicto.

Zai y Mem mantenían al ejército a raya, al principio hubo sus roces con los recién nombrados gener
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