Al cómplice veinte años los jóvenes príncipes, se convocó a un torneo ente ellos. El premio era la mano de la princesa Alissa. A pesar de que las princesas eran increíblemente parecidas en sus aspectos físicos, sus temperamentos no podían ser más disimiles. Siendo Alissa la más educada, culta y refinada mientras que su hermana era una guerrera sanguinaria y letal. Desde hacía años, Kylar albergaba sentimientos intensos por una de sus tías. Lo cual, pareció bastante escandaloso. Además, todos creian que el objeto de su devoción era la propia Alissa. Sin embargo, cuando Lyssanne anunció que tomaría el manto de las guerreras vírgenes y se marcharía a llevar una vida de entrenamiento y solitud en el monasterio de las Pléyades, el joven Voor montó en cólera, morfó a su forma animal y se la llevó, atrapada en una de sus fuertes garras. Aquí el relato se desvía, porque hay quienes creen que el joven la llevó a las montañas del cuerno, dónde se habían conocido su madre y el padre su her
Finalmente, el gran torneo por la mano de la hermosa y talentosa princesa Alissa, lo ganó nada más y menos que el príncipe Kantor. Sin embargo, aunque no hubo oponente que le hiciese frente, e incluso estando ella dispuesta, el joven príncipe se negó a desposarla. Luego de un elocuente discurso, y de restregarle grandes y ardientes verdades en su cara al emperador, su abuelo, el heredero alfa abdicó al trono en favor a de su tía. Por todo el reino estalló gran conmoción. Los nobles kuranies fueron bastante verbales e incluso agresivos a la hora de demostrar se su reticencia y descontento. No podían concebir que una mujer subiese al trono, e incluso hubi muchos que complotaron para asesinar a la recién nombrada reina. Ante tales actos delincuenciales, el emperador quiso hacer juicios ejemolarizantes mandando a colgar de la plaza mayor a los cinco principales cabecillas de la revuelta. Sin embargo, el verdugo no tiempo de ejecutarlos, porque la terrible y temida emperatriz Umara
Un año entero estuvo el joven Alessar repitiendo su rutina de buscar a la ninfa del bosque y acompañarla en su canto con sus aullidos.Ella siempre salía del lago, completamente desnuda y mojada, su extremadamente largo y dorado cabello ya casi tocaba el suelo.Sin embargo, una tarde, mientras ella rascaba sus orejas, y acariaba su grande lobo y fauces, él no lo soportó más, regresó a su forma humana y la llenó de besos desesperados.La joven ninfa rió.Protestando que ella siempre había sabido que él era el gran lobo, y que se había maravillado de que él sguardase tanto tiempo para reclamarla.Oh, se cuenta que el príncipe y la ninfa gozaron de pasiones desconocidas para los humanos ya que corrieron desnudos por el bosque, se amaron en las profundidades del lago, y hay incluso algunos que aseguran que llegaron incluso a copular estando en sus formas animales.Lo que es cierto y lo que no, de estas congeturas, realmente no importa. Sin embargo, es bien sabido que el príncipe se presen
Cuando el príncipe nació, un sabio vió en visión la Profecía:“ La tierra temblará bajo el poderío de sus pies,la luna, el sol y las estrellas girarán a sus órdenes,sus enemigos temblarán ante su nombre,su gloria cubrirá la tierra y seis lunas coronarán sus sienes…”***Umara:Los intensos rayos solares son sofocantes . Gruesas gotas de sudor recorren mi espalda. Mis muñecas y tobillos están inflamados por las heridas que han abierto los pesados grilletes . Las plantas de mis pies están en carne viva y arden como si un fuego que no se apagase nunca se alimentara contantemente de ellas. Mi boca está tan seca como el desierto. Mi piel parece estar hecha de arena. Mi largo y negro cabello es una maraña deforme y maloliente sobre mi cabeza desde hace semanas.Mi respiración es entrecortada, la fatiga no me ha vencido por mera intervención divina. Mis ojos se nublan. Mi mente pareciera estar envuelta en una neblina plagada de espejismos.Llevo cinco días alimentándome de pan y agua. Qu
El amo de las lunas, el lobo Guerrero, El Gran Destructor y cambia formas, El Inmisericorde emperador Kuraní ; apretaba con tal fuerza las cabezas de león de los descansa-brazos de su trono de oro, que sus nudillos se tornaban blancos. Lo consumía la furia. Su mente aguda y sagaz estaba poseída por una neblina roja, sus ojos profundos y escrutadores, estaban enrojecidos por la incontrolable ira. Sus atlético cuerpo y poderosos músculos estaban contraídos en un espasmo de cólera.—¡Por los mil infiernos Cassandra! ¿Cómo demonios pudo ocurrir esto?- rugió. La mujer que se hallaba postrada en el suelo tembló. Y por primera vez en muchos ciclos Lady Cassandra temió por su vida.—¿Cómo es posible que después de casi una veintena de ciclos en los que tus predicciones y visiones han sido siempre acertadas, pueda ocurrir algo así? - El Emperador acarició nerviosamente su frente, con la yema de sus dedos, intentando aliviar el incesante martillar que se había apoderado de sus cienes.—¿Se dan
Gruño de impotencia y me hago un ovillo, acostada sobre mi lado derecho. Ante mí tengo una prístina pared blanca. Exhalo frustrada. No he alcanzado el Paraíso…sigo presa en el plano terrenal, y estoy aquí…Sabrá El Omnisciente dónde.—Veo que ya despertaste. - Susurra una suave voz de mujer a mis espaldas.- Su Majestad estará complacido…Pongo los ojos en blanco.—Sería bueno que intentaras ponerte en pie lo antes posible. Has estado dormida por demasiado tiempo. Primero perdiste los sentidos a causa de la deshidratación y luego nuestros sanadores tuvieron que mantenerte en sueño profundo para que tus heridas sanaran más rápido.—Déjame en paz. Hubiera sido preferible que me hubiesen dejado morir. Ahora estaría reunida con mis ancestros.- Gruño.La mujer suspira a mis espaldas . —No era tiempo de que te reclamara la muerte. Estabas débil, sí, pero no era nada que un buen descanso y líquidos no pudieran curar.Medito un segundo y puedo comprender la veracidad de sus palabras. Pero aún
La mujer dormía profundamente sobre los cojines de la cama ceremonial. El hombre que la observaba, admiraba desde un segundo piso , a través de un parabán estratégicamente colocado , el ancho de sus caderas y la forma de sus piernas. La redondez de sus senos atraía poderosamente su atención, cerraba las manos en puños del deseo de moldear y acariciar tan generosos montes. Se había apoderado de su boca una sequedad como si no hubiera bebido agua en muchos ciclos, con su lengua mojó sus gruesos labios e instantáneamente se imaginó saboreando esos oscuros pezones claramente visibles a través de la seda traslúcida.Lujuria, ardiente e innegable se había apoderado de él. Su bestia interna se crispó ante el olor de esta nueva e inesperada hembra, su poderosa y latente erección era testigo del ciego deseo que le acuciaba. La mujer murmuró y se retorció en sueños extendiendo su magnífico cuello , como si él la hubiera tocado. Sus pechos se apretaron, contra la seda que los apresaba , amenazan
¡Este sí es un jardín! Contemplo pletórica de felicidad el fresco verdor que se extiende ante mis ojos hasta donde alcanza mi vista . Aquí y allí florecen las más extrañas plantas. Aromas exóticos llenan el aire, la brisa hace mecer las cargadas palmeras y cocoteros. Al menos cincuenta fuentes vierten agua cristalina . A un lado y otro descubro aves coloridas enjauladas o animalitos que corretean libres por entre las flores. Posadas en las ramas de los árboles observo palomas de diferentes clases.No logro salir de mi mudo asombro. Me postro sobre mi rostro y beso la tierra, mientras elevó una oración de agradecimiento al Magnánime. Este lugar debe ser la réplica terrenal del Gran Oasis Celestial.— Ven, deja tus rezos para luego. Es hora de presentarte a los demás soles.- Me apura Lady Citié. Hoy parece impaciente y malhumorada.Me pongo en pie y la sigo, caminando sobre el paseo de granito que serpentea entre las flores y fuentes y jaulas … Los zapatos de madera de Citié producen un