—¿El té?—Sí, el té.—¿Por qué yo?—Porque me agradas.—Bueno, no voy a refutar eso.Esta vez mi comentario hace que no solo sonría, sino que también ría a carcajadas. Era agradable verlo sonreír de esa manera.—Eres muy graciosa.—Gracias por el cumplido.—Entonces, ¿qué dices?—Bueno… Acepto, pero tendré que acomodar mi horario para poder pasar un tiempo con usted. Ya sabe que soy madre, también estudio y trabajo. Usted entenderá.—¡Ya veo! Esperaré a que estés libre.—De acuerdo, aunque con Mía aquí, creo que podremos tomar el té más tarde. Claro, si no le molesta tomar el té en esta habitación.—No hay ningún problema, será más tarde entonces.—Está bien.—¿Cómo sigue tu hija?—Está mejor, su cirugía salió muy bien. Mi abuela es quien la cuida en este momento, mientras yo voy a casa a tomar una siesta y una ducha.—Me alegra escuchar que está bien.—Gracias. Me retiro por ahora, pero volveré más tarde. Con permiso.—Deja que mi nieto, Jason, te llevará a tu casa.—Abuelo…—No es n
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