Aquel día el cielo estaba nublado, como lo esta justo antes de que comience una tormenta. El viento se sentía frío, pesado, y los ánimos, aunque altos, se habían visto levemente opacados por las muchas llamadas perdidas que tenia en su celular. Su madre había estado particularmente insistente aquel par de días, y aunque no tenía la más mínima intención de responderle, Rhaena comenzaba a sentirse estresada por el acoso constante. No había ni siquiera abierto los mensajes que la mujer que le dio la vida le había enviado, así que, en realidad, no tenia idea de que era lo que quería esta vez aquella mujer.Caminaba por los pasillos de la universidad, Anthony había ido a dejarla a la escuela y aun era relativamente temprano. Entrando a la cafetería del lugar, se pidió un café cargado, y se puso a repasar los temas que había visto recientemente. No podía permitirse mas distracciones, su joven esposo era, por supuesto, la mas grande de las que tenía últimamente, sin embargo, no era una moles
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