CAPÍTULO CIENTO SIETEA Ada se le pasó el enojo rápidamente cuando Aiden le propuso que después de comer fueran al Acuario. Elian no estaba muy de acuerdo, pero cuando Aiden le dijo que podía ver los tiburones el aceptó a regañadientes, pero aun sintiendo un cierto recelo por aquel extraño que se suponía que era su padre.Emily no se opuso aquel panorama, porque entendió que este proceso seria largo y agotador, ya que Aiden tenía que ganarse a los mellizos como sea si en realidad quería formar lazos fraternos con ellos, pero ella no quería actuar como intermediaria, aunque su instinto se lo pidiera a gritos.Ella soñaba con recomponer y tener una familia, pero supo que a veces las familias son distintas… tan distintas como los integrantes que la componen.El silencio reino entre ellos, que era suprimido por las masticadas de Elian, quien comía pizza y por la parlanchina de Ada, que no dejaba de hablar y hablar con la boca llena de lasaña.Emily solo pidió una ensalada que ni probó, po
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