En un principio Mario José estaba alterado porque no podía ver nada, además sus manos estaban atadas a distintas cuerdas por lo mismo, pero cuando su hermano le explicó que tiene una venda en parte del rostro que le abarca sus ojos, se quedó tranquilo.— Hermano, tienes un golpe en la cabeza y en tu frente también, es por eso que te han vendado para cubrir todo y si despiertas que no te toques y te lastimes. —le explicó con calma.— ¿Owen?— Sí hermanito, soy yo. Aquí estoy, jamás me he separado de tu lado esperando este maravilloso momento porque siempre tuve la fe de que tú volverías a la vida.— Perdón por no reconocer tu voz, es que me siento demasiado débil.— No te preocupes hermano, yo te entiendo muy bien y no te culpo.Los médicos llegaron asombrados por la noticia de que el paciente que se creía que no había probabilidades de que él despertara lo ha hecho sin inconvenientes. —Todo está bien, no hay indicios de ceguera o de amnesia, este es un caso único entre mil. —comentó u
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