Amaia Domínguez GarcíaPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoUn balde de agua helada cayó sobre mí al escuchar aquello, lo peor fue que eso, no pasó desapercibido ante Ale, pues estuve a punto de caerme de la silla en la que estaba sentada. Ella se puso de pie y me detuvo enseguida y por unos momentos, escuchaba su voz muy lejos, hasta que algo, me hizo regresar, al momento y al lugar.–Amaia, ¿Estás bien? No me digas que te sigues sintiendo mal ¿Sí te has estado inyectando, cierto?Lo bueno es que eso fue lo que pensó, pues no debía reaccionar yo de esa manera si ella había besado a Axel, en circunstancias normales.–Claro que sí, pero me iba a caer, no porque me sintiera mal. Me iba a caer, por bruta – Me burlé de mí misma – Pero todo bien, Ale. Entonces, me decías que lo has besado a Axel y cuando lo has hecho ¿Él te ha correspondido? No sé si me explico bien, quise decir si él siguió con el beso.Debía saber eso primero, porque si Axel, le ha devuelto el beso, estábamos en graves probl
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