Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoPero es que él es el amor de mi vida, yo nunca había amado a nadie y nunca había sentido que alguien me amara como él, lo hacía, nunca nadie me había dado lo que él, me daba, con tan solo estar a mi lado. Ya no quería respirar si no lo tenía conmigo. Era un dolor tan desgarrador que me estaba consumiendo por dentro.–Axel, por favor no me digas eso. Tú lo dices, así como sin nada, porque como me dijiste tú no crees en la fidelidad y tampoco creo que creas en el amor. Pero yo, siento haber perdido todo, mis ganas de vivir, mis ganas de estudiar, siento que todos mis días son iguales y que por más que tome, este dolor, no se anestesia con nada, no sé va, siento que la herida cada día es más profunda. Lo extraño, lo necesito, lo sigo amando.Axel no pudo quedarse lejos de mí después de verme llorar de esa manera, estaba rota por dentro y por fuera, se acercó a mí y me abrazó con ternura. Me perdí en sus brazos y lloré más de lo que había ll
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