La victoria se plasmó en su rostro, sí que lo estaba disfrutando, y lo que faltaba aun, ya que la lastima no funciono, pues que sirviera ahora su presencia, su dominio y su imposición.Él era, estuvo y estaría a su lado, él era quien estaba dejando huella, marcando su territorio y si su gemelo se metió en la contienda sabía bien a quien se enfrentaría.La fuerza de la rubia lo molestaba, porque sabía que quería huir de allí, del momento, del ahora, y eso era algo que no permitiría, porque veía en sus ojos el brillo de huir tras su hermano.-¿Qué pasa señora Muster?--Eres un gran idiota, un inmaduro, bazofia de mierda- Gruño pegada a sus labios, el no dejaba que ella tomara espacio entre ellos.-No entiendes cuanto te odio, no lo llegas a comprender con tu pequeño cerebro de pájaro-Pero a pesar de su molestia, él estaba extasiado, verla a la mujer sonrojada, con sus marcas en su piel, lo hizo palmearse, poco le importaba la gente a su alrededor, él no estaba dispuesto a dejarla pasar
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