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Todos los capítulos de UN PACTO CON EL CEO: Capítulo 61 - Capítulo 70
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CAPITULO 61
Froto la tela entre mis dedos y luego me doy la vuelta. Dante ya está buscando algo para ponerse. No estoy segura de lo que él está pensando. La energía sexual del baño parece distante ahora, pero no estoy lista para que se acabe.Mi corazón se acelera cuando me doy la vuelta y lo enfrento. “No quiero esto” le digo.Dante me mira por encima del hombro. Desenvuelvo lentamente mi toalla. Sus ojos brillan.“Te quiero a ti”.Camino lentamente hacia él y él se gira para mirarme. Quito la toalla de su cintura. De inmediato me queda claro que él no está tan tranquilo y calmado como parece. Está erecto y, cuando me acerco a él para pasar la mano por su longitud, se estremece.“No quiero presionarte” dice Dante en un áspero susurro. “Has pasado por mucho”.“Entonces hazme olvidarlo, Dante”.Con mi mano entorno su longitud, disfrutando la sensación de su aterciopelada piel en mi palma, pero antes de que pueda llegar a su punta, Dante agarra mi muñeca.Lo miro, sorprendida. Dante niega
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CAPITULO 62
Dante besa mis labios, mi mejilla, mi frente y luego me hace rodar sobre mi vientre. Por un segundo, se desliza contra mi trasero. Agarra mis nalgas y las aprieta juntas alrededor de su longitud, gimiendo mientras se estruja contra mí.Luego levanta mis caderas y presiona dentro de mí.Siento que debería estar agotada, pero las chispas que arden en mi vientre se encienden tan pronto como él está nuevamente dentro. Es como una vela de cumpleaños trucada. No importa cuántas veces la apagues, vuelve a encenderse.Ahora, sin embargo, Dante no es gentil. He tenido mi liberación.Esto es para él.Nuestros cuerpos chocan, el ruido resuena por toda la habitación. Presiono mis caderas hacia atrás para poder abrirme para él, darle tanto de mí como sea posible.Él enreda su mano en la parte de atrás de mi cabello y me jala hacia él. Yo jadeo y arqueo mi columna mientras él presiona sus labios en mi oído.“Olvida su puto nombre” ordena.Él empuja con fuerza. Yo tengo que ahogar un grito.“Olvid
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CAPITULO 63
DanteMientras Amira va a darse una ducha yo llamo a Gennady. Si vamos a encontrar a la familia de Rose y darles un cierre sobre su ser querido desaparecido, vamos a necesitar alguna dirección.Gennady contesta al segundo timbre. “¿Dante? ¿Eres tú?”. “No, es tu otro don” gruño sarcásticamente.“Hum. Difícil de saber con seguridad. Di la palabra clave para que sepa que eres legítimo”.“No tenemos una palabra clave, dubiina”.“Ahí me atrapas. Sin embargo, no hay necesidad de ser grosero. De acuerdo, entonces, ¿cuál es tu color favorito?”.“Gennady…”.“Esto es simplemente un protocolo de seguridad, Dante … si realmente eres tú. No se puede andar discutiendo asuntos de Bratva sin aclarar tu identidad primero”.“Te voy a borrar de la faz del puto planeta si no dejas esta pendejada” gruño, aunque una parte de mí quiere reírse a pesar de toda la mierda que ha pasado en los últimos dos meses.“Bien, bien” concede. “Sin embargo, habría aceptado ‘azul’. Y si alguna vez nos volvemos a encontra
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CAPITULO 64
Asiento con la cabeza, mis propias lágrimas comienzan a brotar.Ella me da una de las sonrisas más tristes que he visto en mi vida. “Entonces no es tu culpa, cariño, ¿ok? Rose era una luchadora. Algunas peleas simplemente no puedes ganarlas”.Sus ojos brillan. Su rostro es tan insoportablemente triste. Sólo décadas y décadas de miseria se sumaron a su expresión. Ha tenido una vida dura, eso es obvio.¿Y ahora esto, además de todo lo demás? Es brutal. Es injusto. Tan injusto que empiezo a llorar. Por ella. Por mi misma. En nombre de todas las madres del mundo.Ninguna madre debería perder un hijo.Vuelvo a pensar en Lukas, aunque me he esforzado mucho por no hacerlo. Y la diminuta imagen de sus pequeños dedos alrededor de mi meñique me destroza.Empiezo a sollozar. Fuertes y feos sollozos que me estremecen de pies a cabeza.Ernestine me abraza. Lloramos juntas durante mucho, mucho tiempo.Eventualmente, nos recuperamos. Se siente como si nos hubiéramos unido. Con voz suave, Ernestine
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CAPITULO 65
También compró un marco de fotos con una rana. Ahora, todos le regalan ranas a la abuela porque creen que le gustan, pero no es así. La asustan”.“Entonces, ¿por qué las exhibe por todas partes?” le pregunto.June se encoge de hombros. “Ella no quiere ser desagradecida”.Me río. “Eso suena como tu abuela”.June suspira y apoya la cabeza en el respaldo del sofá. Estamos en silencio durante unos minutos, de alguna manera cómodas ante la presencia de la otra. Es agradable.“Mami intentaba sacarnos de este parque de casas rodantes cuando fue… cuando se fue” susurra June, esquivando toda la verdad sobre el secuestro de Rose. “Probablemente lo sepas, pero mi papá está en prisión y no es muy amable. A mamá le preocupaba que él viniera aquí a buscarme algún día, así que quería irse. Me dijo que conseguiríamos un lugar junto al lago, cerca del café francés. Iba a ahorrar mi dinero para comprar unas gafas para nadar y poder ver las ranas debajo del agua. Pero luego ella se marchó y tuve m
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CAPITULO 66
Los ojos de Tommy brillan, la sospecha finalmente ha desaparecido de su expresión. “Una chica como tú, estoy seguro de que puede encontrar otras formas de pagar. Estoy seguro de que tu captor te enseñó un par de cosas”.Mi estómago se revuelve. Lo odio, lo odio, lo odio. Pero él no vale el drama. Solo tengo que mantener la calma y ayudar a Ernestine a sacar a este imbécil de aquí. Solo tengo que…“Tienes que irte, Tommy” vuelve a decir Ernestine, “¡o llamaré a la policía!”.“Vamos Ernie” balbucea él. “Sé un poco más amable, ¿no? Acabo de salir bajo palabra”.“Y tu arma es una violación” dice ella. “No deberías tener un arma”.Se acerca a ella, mirando por debajo de la nariz a la mujer como si le afectara enfrentarse a ella. “¿Vas a entregarme, vieja puta? Porque creo que ambos sabemos lo que podría pasarle a June si decides hacer eso”.Mi estómago se retuerce. Ningún padre, ningún buen padre, usaría jamás a su hijo para una amenaza como esa. Tommy es un pedazo de mierda de arriba
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CAPITULO 67
EN LA CASA RODANTE DE ERNESTINEErnestine no se mueve frente a mí, incluso después de que yo le digo que está bien.“No quiero que te dispare. June te necesita” le susurro, pero Ernestine no se deja intimidar.Por suerte, no importa. Tommy decide que su mejor opción es vigilar la casa desde el exterior, por lo que obliga a June a recoger todos los teléfonos móviles de la casa. Los mete todos en una bolsa, ata la bolsa a la pata de una silla de la cocina y luego nos ordena que nos sentemos en el sofá. Se coloca en una silla frente a la puerta principal.El tiempo pasa.June tiembla y llora de forma intermitente, aterrorizada por ella y su abuela.Y Ernestine parece enfermarse cada vez más a cada segundo. Su cara está pálida, sus manos están temblando y respira profunda y entrecortadamente.“¿Qué diablos te pasa ahora?” pregunta Tommy, con una botella de whisky en la mano. Su primera prioridad después de tenernos como rehenes fue encontrar el gabinete de licores.“Ella necesita comer
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CAPITULO 68
De repente, lo entiendo. Ella estaba fingiendo.June jadea sorprendida, pero Tommy no se da cuenta. Está demasiado borracho y demasiado concentrado en su diatriba de terror.Justo cuando eleva su mano hacia atrás para abofetear a June, Ernestine rompe el jarrón en la parte superior de su cabeza con todas sus fuerzas.El agua y los fragmentos vuelan por todas partes. Las piernas de Tommy se doblan. Cae de rodillas, balanceando la parte superior de su cuerpo.“¡No toques a mi nieta, hijo de puta!” dice Ernestine, le da una patada en la espalda a Tommy y este cae al suelo.June salta sobre él y abraza a su abuela, quien recibe a la niña a su lado.Pero ambas se mantienen alerta. Esto aún no ha terminado.Es difícil saber si Tommy está inconsciente o no. Le doy una patada en el hombro, intentando probar, pero no se mueve. Por supuesto, dado lo que acabo de ver con Ernestine, sé que eso no significa nada. Podría estar fingiendo.“Tenemos que agarrar el arma y salir de aquí” digo. “Le ha di
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CAPITULO 69
Ahí es cuando me doy cuenta que... él no lo hizo. Lo hizo otra persona.***Dante“¡Abajo!” grito, más por instinto que por otra cosa.Amira se mete en el asiento delantero de mi auto y yo la sigo. La anciana y la niña suben a la minivan estacionada en el camino de entrada y arrancan rápidamente.Al otro lado de la calle hay dos autos negros con vidrios polarizados. Alguien sale del lado del pasajero con un arma en la mano.Reconozco a Fiodor.La maldita escoria nos encontró. Debería haberlo perseguido y matado cuando se atrevió a venir tras de mí la primera vez.Demasiado tarde para eso ahora.“Es Zotov y sus matones” maldigo. “¿Cómo diablos...?”.Más disparos impactan en el vehículo. Pongo el automóvil en marcha y salgo del parque de casas rodantes. Cuando cruzo en la esquina al final de la calle, veo que los autos que nos persiguen dan vueltas apresuradas en U para seguirnos.La minivan gira a la izquierda en la carretera que hay más adelante, pero cuando llego a la misma bifurcaci
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CAPITULO 70
Amira“Siéntate a la mesa y quítate la camisa. Quiero poder ver todo tu brazo”.Estoy en modo ‘doctora’ ahora. En algún lugar en el fondo de mi cerebro, una parte de mí está temblando ante la idea de estar a solas ante un Dante sin camisa. Obviamente eso ha causado problemas antes.Pero sobre todo, estoy preocupada por su herida. Una infección puede ser mortal.“Puedo subirme la manga” dice él.“No”. Abro el botiquín de primeros auxilios que tomé prestado de la recepción y frunzo el ceño ante la lamentable escasez de suministros que contiene. “Tu camisa está sucia. Debe lavarse antes de puedas ponértela de nuevo. No quiero que se te infecte el brazo”.Dante refunfuña, pero finalmente se quita la camisa y se sienta. Solo cuando su abdomen está medio cubierto por la mesa me atrevo a mirarlo.Mierda. No sé qué esperaba, no es como si fuera a tener un aspecto diferente al de esta mañana, pero es una puta maravilla del pecho hacia arriba. Su cuerpo es duro ymusculoso. La piel broncea
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