—¡Me estoy cansando de ustedes! Regresen a su trabajo y esta vez, háganlo bien.Recriminó Fray a varios de sus empleados. Desde hace días se sentía nervioso y un tanto tenso. Las cosas no salían como él quería.—No deberías tratarlos de esa manera —habló Ada, su esposa, quien estaba en la puerta escuchando la manera en que su esposo le gritaba a sus empleados.—Solo de esa manera me respetan. —¿Te respetan o te tienen miedo? —inquirió Ada.—No importa lo que sienten, soy el alfa, el jefe y a quien tienen que obedecer.Desde pequeño Fray había notado el menosprecio de su familia, así es como él lo veía, ya que su hermano mayor era halagado por su padre y cada día les recordaban que era el heredero de la manada.Su odio acrecentó cada vez que su hermano salía triunfante en todo, el mejor en el arco, entre las mujeres, en la empresa. Por ese motivo, cuando se enteró de que la compañera de su hermano había aparecido, se propuso enamorarla, quería causarle dolor a su propio hermano, pero
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