Al día siguiente, Jacob regresó al hospital para visitar a su hijo. Como le había pedido a Maddie que acompañe a Leo durante la noche, estaba confiado de que su presencia ayudaría mucho a la estabilidad mental de su retoño cuando este despierte. Mientras caminaba hacia la habitación, comenzó a meditar sobre la posibilidad de que esa chica pueda convertirse en esa luz que guíe a Leonard a liberarse de las ataduras de su pasado. Como estaba tan distraído pensando en la manera en que agradecería a esa simpática señorita por quedarse a vigilar el sueño de su distraído primogénito, abrió sin llamar a la puerta, sin imaginar lo que ocurría dentro de la habitación. Cuando entró, lo primero que escuchó fueron gemidos, seguido de esto, su vista cayó en Maddie, quien estaba encima de Leo, ocultando una mano bajo las sábanas. Posteriormente, su atención se centró en su hijo, quien tenía el rostro bastante colorado. Cuando la pareja notó la presencia del carpintero, se congelaron del susto, per
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