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Todos los capítulos de Prisionera del Mago: Capítulo 61 - Capítulo 64
64 chapters
Espíritus guías
Rosseta sonrió, decidió levantar su mano y tocar el pecho desnudo de Albuz donde estaba su corazón ardiente. - Si late de esa forma es porque me recuerda. - dijo al sentirlo y cerrar los ojos. Era una bomba o una máquina que no tenía control. Los sonidos eran fuertes y hasta desesperados. - yo todavía sigo ahí. - volvió a decir al abrir los ojos.- ¿Quién eres? ¿Por qué se comporta de esta forma? - Albuz quería respuestas, respuestas claras y concretas del descontrol de sus emociones. Rosseta ante su mirada era una simple Hada, pero su corazón traicionero decía otras cosas a gritos desesperados.Ella sonrió y sin quitarla la mirada supo responderle. - Tu esposa, Albuz, soy tu Ross. - Ross. - habló pensante al cerrar los ojos. El nombre era familiar, pero no daba imágenes ni recuerdos. - sigues siendo una extraña. - dijo sosteniendo su mirada con la de ella. El viento empezó a correr un poco helado, tenían que salir del agua. - vamos a resfiarnos, salgamos. - dejó de verla, aunque n
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Amantes
Llegaron hasta una parte seca del bosque, Albuz decidió bajar de Rayas cuando este se detuvo. Antes de caminar, decidió ayudar a Rosseta.- Me hiciste un favor, ahora yo te lo pago. - dijo al dejarla en el suelo. Rosseta iba a dar las gracias cuando las comisuras de sus labios se entreabrieron, pero no tuvo oportunidad de hacerlo, ya que Albuz emprendió su camino en dirección a recoger frutas y leñas para pasar la noche. Miró a Cristal, caminó hasta ella y apegó su frente con la del corcel. - ¿Puedes darles agua? - preguntó como un favor.Cristal golpeó con sus cascos el suelo, afirmando a su petición y dejó crecer una fuente de agua pura para beberla. El resto de espíritus se reunieron a beber y se quedaron a descansar. Rosseta sonrió por ver a sus amigos, caminó hasta sentarse bajó el árbol, rejuntó ramas secas he hizo una pila. Tomó a Rabito y le dijo.- Sólo una chispa, lo suficiente para hacer una hoguera. Rabi
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Voy a traerla
- Lo encontré cerca de la pradera antes de trasladarnos hasta aquí. - respondió Rosseta. Apretó sus labios y sin despegar miradas con Albuz volvió a decir. - No sabía que era de tu madre. - mintió lamentándose en sus adentros, pero no podía decirle que Magdalena la visitaba en sus sueños. - te lo devuelvo. - llevó sus manos e intentó entregarle el collar.Albuz observó firme. Había una historia con respecto a ese dije y ese era que sólo las brujas puras de corazón y de luz podían llevarlas como un amuleto protector. - Quédatelo, es tuyo. - se acercó a ella y, tomó la cadena en sus manos y él mismo ayudó a ponérsela. - estas cosas no son fáciles de encontrar, todo lo contrario, ellas te buscan, te eligen y protegen. - explicó mientras sus dedos tocaban la piel de Rosseta. - la tomó de los hombros, le dio vuelta para que lo mirara y volvió a decir. - no lo vayas a perder, sólo te pido eso. Rosseta con las comisuras de sus labios entreabiertos asintió despacio. Los ojos oscuros de Albu
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Pequeño sacrificio
- ¿Dónde diablos está la mujercita? - se preguntó Albuz al trasladarse a una estación. Ya había buscado en cada parte del bosque, desde punta a punta y no daba con ella. Llegó hasta la gran caida, donde sólo había vacíos y tierra seca. - ¿Qué haces aquí? - pregunta Rosseta al verlo mirara desesperado por todas partes. Parecía buscar a alguien. - Tú. - señaló. - eres una inmadura ¿Por qué tenías que irte? - Sólo salí a estirar las piernas, nunca escapé de mi hogar. - lo miró hasta analizarlo. - ¡Me estabas buscando¡ ¡Te preocupaste por mí! ¡Te preocupaste por mí! - repitió emocionada e intentó abrazarlo. Albuz la detuvo en el acto. - Como cualquier rey se preocupa por sus súbditos. - explicó con voz seria.Rosseta frunció el ceño, basta decir que se había enojado. - Vete, Albuz. - dijo al darse la vuelta y continuar con su camino. - Querías esto, que me alejara. Lo estoy haciendo, ahora pienso ser mi propia reina dentro de estas tierras secas. Albuz dejó escapar una pequeña son
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