BRYCELa follé, joder, cometí ese error, pero América, esa mentirosa es tan adictiva, que no me pude resistir, mucho menos cuando me confesó que no había estado con otros hombres, solo conmigo, y lo comprobé cuando la penetré, estaba tan estrecha, que las paredes de su coño estrangulaban mi polla dura, le dolió, lo disfruté, ver como tenía que recurrir a morderse el labio inferior cuando la solté, hizo que casi me corriera como un adolescente. Ni siquiera cuando tenía sexo con Vanesa u otra mujer, me satisfacía tanto como lo hace ella, es una bruja. Y ahora la tengo en mis manos, voy a hacer que sufra en este matrimonio por lo que me hizo, luego nos vamos a divorciar e iremos por caminos separados. No será mucho, porque tenemos una hija en común, Madeline, es mi vivo retrato, se parece tanto a mí hasta en la mirada, estoy seguro de que cuando nació, lo mismo pensó ella. —La follaste y ahora no dejas de pensar en ella. La voz de Rupert hace que salga de mi ensimismamiento. Estamos
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