Sorprendiéndome completamente, coloca su puño sobre su corazón y baja la cabeza a modo de respeto para luego clavar rodilla en tierra. Aún con su cabeza baja, su voz se escucha fuerte y clara. -Todos tenemos derecho a guardar nuestros secretos, en tanto y en cuanto no afecten a los demás. Su secreto no era algo que nos afectara de forma negativa, es más, podría considerársele un motivo de alegría y puedo comprender su miedo, su reticencia a se abierta al respecto, y por eso mismo es que, en el momento en el que esté en el campo de batalla, estaré a su lado, defendiendo nuestra manada y a usted. Por la gloria, el honor y la supremacía victoriosa de la manada del Bosque Negro. Y como él, poco a poco, varios más empiezan a hacer lo mismo, uno por uno, luego de a pares y finalmente, casi toda la manada imita al primero. No estoy segura de si fue por coacción, algo así como "ellos lo están haciendo, ¿qué pensarán o cómo quedaré si no hago lo mismo?", o si, por el contrario, realmente sen
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