(Narra Iker)El despertar que sufrí fue abrupto, puesto que me encontraba en una jaula colgante, que se movía de un lado para otro provocándome nauseas. Seguía en mi forma de lobo, porque no quería ser visto como humano, eso sería demostrar la debilidad que deseaban tanto.—Hermano. —dijo una voz, que venía desde abajo. Reconocí que se trataba de la voz de Greg. —¿Ya te despertaste? —preguntó, insistiendo.—Sí. —respondí, con la voz ronca y los ojos cansados, el efecto del somnífero seguía haciendo que mi cuerpo estuviera muy débil. Gruñí al darme cuenta que mis garras habían sido limadas, pagarían por eso, lo juraba en voz baja al contemplarlo, esas garras eran una de las armas más letales del mundo, era un don que me fue entregado y ahora, arrebatado.Bajé la mirada y divisé las jaulas donde mantenían a mis hermanos encerrados. Eran individuales, pero estaban en el suelo a diferencia de la mía. Supuse que era para más seguridad. También Zhang estaba allí.—Ahora estás muy arriba. —d
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