Iker entró a mi cuarto como si nada hubiera sucedido, con una sonrisa en sus labios y sus ojos penetrantes viéndome sin pestañear.—Ponte algo bonito, nos iremos de paseo. —me dijo, con buen talante, era como si todo su mal humor hubiera desaparecido.—¿Es una trampa o una broma? —pregunté con desconfianza, yo estaba viendo la televisión para no pensar en Gala, porque no podía acelerar las cosas.—No, confía en mí, solo quiero llevar a mi luna hermosa a pasear por un lugar que conozco. —contestó, con suavidad y besando mi mejilla.Me daba mala espina esa nueva forma de actuar.—¿No sigues enojado conmigo? Digo, estuve desafiándote todo el día. —empecé a decir, pero el me interrumpió con un largo beso en los labios. No voy a negar que me encantó y disfruté hacerlo. Siempre disfrutaba.—Un poco, pero eso no me tapa la felicidad. Estuve buscándote por largos años, luna, ahora no te perderé por la terquedad. —dijo, mirándome con más comprensión. —Deberás tú misma hacer que ese tipo me dem
Leer más