—¡Lárgate! ¿Acaso crees que somos caridad? ¡Fuera de aquí!Los fuertes gritos de un hombre retumbaban por las paredes de un oscuro callejón.—¡Deme una última oportunidad, señor! Le pagaré, se lo aseguro, le pagaré todo lo que le debo. Pero por favor no me saque de mi departamento, no tengo a dónde ir.Luz rogaba de rodillas a aquel hombre como si su vida dependiera de eso, y en cierto modo, si dependía.A sus 13 años se había quedado huérfana. Su vida no era sencilla, trabajando de mesera para poder pagar la universidad a duras penas y quedando a deber el alquiler.Era clara la molestia de aquel hombre y la entendía, ¡Claro que sí! Pero él también debía de entenderla a ella y a su pobre vida, pero la realidad era que no le importaba cuando rogara, no aceptaría, tenía que darle a cambio algo que el deseaba desde el primer día en que llegó al edificio.—¡Por favor, déjeme quedarme solo una noche! —Pidió ella con los ojos llenos de lágrimas—. ¡Solo una noche!Él hombre sonrió con malici
Leer más