—Me has hecho descubrir esta noche de lo que estoy hecha; nunca lo sabes hasta que abres tu corazón para recibir como ahora lo hago yo.—Como ahora lo hacemos —me corrigió.Ya las cartas estaban echadas, yo había decidido entregarme sin límites, Adrián al sentir que me relajaba, hundió todo su ser por completo y un dolor ardoroso me inmovilizó causando que me abrazara con fuerza a su espalda, Adrián hizo lo mismo.—No te muevas por favor —le pedí.—No lo haré, pero confía en mí —y con movimientos aún más suaves e infinita ternura, él hacía que yo me fuese acoplando.Poco a poco los movimientos se fueron haciendo más rápidos, Adrián me besaba con pasión moviéndose contra mí, yo a pesar de sentir incomodidad hice lo mismo; salía a su encuentro tratando de seguirle, él pasó, mi respuesta lo enloqueció, ya nuestros cuerpos eran uno.—Te amo Estefanía, te amo…, te amo con toda mi alma —susurraba, entonces cuándo más nos fundíamos, él encontró la forma de qué me viera a través de él, como si
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