20. Mi vida es un túnel sin tu luz
Harry: No deje que emitiera palabra alguna, solo me enfoque en devorar su boca, sus labios carmesíes me volvían loco, la veneraba, era mi nueva musa y no pude evitar perderme en ella, y menos, olvidar que me estaba dando la alegría más grande, mi hijo y su amor. –Déjame explicarte todo, déjame hacerte participe de mi vida, porque en serio, te amo y sin tu permiso– dijo decidida y eso me desconcertaba, en la cabeza me pasaron muchas locuras, tal vez la orille a este punto, y no debía de ser así, todo era a su tiempo, así como yo no me habría aun a ella. –No hablemos de eso ahora, mi amor. Desnúdate para mí, por favor Me encantaba verla desnuda y el compás de sus tetas cremosas y grandes, su desnudez era el mejor atuendo que tenía, me encantaba ver esos rollitos que se le hacían en la piel por el embarazo, la amaba totalmente, era perfecta y nunca había contemplado un cuerpo como el de mi mujer… Ella sonrió tímida, bajo la luz de la luna, era bellísima… la maternidad le sentaba tan
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