Leane quedó sorprendida ante la historia de Ferhial. Su ahora madre, le había convertido para que tuviese una mejor vida, una existencia digna.— ¿Dolió?— preguntó la humana. Su sirvienta hizo una mueca pequeña, había pasado mucho tiempo, pero claro que recordaba esa sensación de quemarse viva por dentro, se estaba convirtiendo en una nueva hija para el dios del Sol. Debía morir para hacerlo.—Fue muy dolorosos pero, no estaba tan consciente, mis sentidos se encontraban perdidos, decididos a ir al limbo, solo sentí que me quemaba por dentro, después, todo fue alivio— la pelinegra respiró profundo, bondad y nobleza. Quizás ambos sentimientos habían sucumbido en el inexistente corazón de Devora.«Ojalá pudiese hablar con su madre después»—¿Qué vestido eligirás?— Los dientes perfectamente blancos relucieron en el rostro de la vampiro. La pregunta sembró una semana de incomodidad en Leane.Boda, sabía que debía casarse con el Rey.¿Qué más le quedaba si no? Se encogió de hombros, ciertam
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