Oculto de Londonderry- Irlanda.—¡Madre! ¡Madre!— el hada esquivaba a sus hermanas de forma apresurada.—¡Ten cuidado!— se quejó Ashia. Sosteniendo una pila de pequeños documentos que llevaba a la biblioteca.—¡Lo siento! ¿Sabes dónde está Madre?— la pequeña creatura con alas vueltas y cabello naranja respiraba de forma apresurada llevando un pergamino mágico en sus pequeñas manos.—Esta en la entrada del laberinto.—¡Gracias!— Voló tan rápido como sus amigas se lo permitieron. Por fin miraba a quien tanto buscaba.—Madre.—Por las hadas del invierno Kaisha. ¿Qué pasa?— La líder de las ninfas guardó sus enormes alas azules detrás de sí. Cada mañana revisaba el laberinto, supervisando las actividades de sus alumnas.—Es un mensaje, viene de la supremacía. Madre. Es el Rey Ferrell— bajó la mirada. Pronunciar el nombre del Rey Vampiro fue suficiente para captar la atención de la pelirroja.—Dime qué dice el mensaje. ¡Ahora!— ordenó con insistencia. Kaisha titubeó un poco. —El Rey, encon
— Tranquila mi Reina. No bebo sangre humana— bajó la cabeza en señal de respeto. Para la pelinegra quien compartía la misma curiosidad que la rubia, su confesión le pareció peculiar.—¿No te alimentas de sangre humana como todos?— negó.—Mi dieta es de sangre animal y algunos líquidos vegetales que ayudan a saciar mi hambre. Yo alguna vez fui humana, y nunca he bebido la sangre de la que una vez, fue mi gente— sonrió. Los ojos con un lucero anaranjado de la chica, hipnotizaron por un instante a Leane.«Ella alguna vez fue humana» repitió las palabras en su cabeza.—¿Cómo fue que sucedió?— Y esa pregunta iniciaría una conversación de horas. Ferhial se encantó al conocer más de los nuevos humanos, y para la futura Reina, conocer de esa raza le era impredecible.Año 1519- Limerick. Océano Atlántico Norte.Cinco carruajes con dirección a las costas de Galway se toparon con una escena devastadora. Una pequeña tribu a las afueras de Limerick, estaba muerta. El último carruaje se detuvo, y d
Leane quedó sorprendida ante la historia de Ferhial. Su ahora madre, le había convertido para que tuviese una mejor vida, una existencia digna.— ¿Dolió?— preguntó la humana. Su sirvienta hizo una mueca pequeña, había pasado mucho tiempo, pero claro que recordaba esa sensación de quemarse viva por dentro, se estaba convirtiendo en una nueva hija para el dios del Sol. Debía morir para hacerlo.—Fue muy dolorosos pero, no estaba tan consciente, mis sentidos se encontraban perdidos, decididos a ir al limbo, solo sentí que me quemaba por dentro, después, todo fue alivio— la pelinegra respiró profundo, bondad y nobleza. Quizás ambos sentimientos habían sucumbido en el inexistente corazón de Devora.«Ojalá pudiese hablar con su madre después»—¿Qué vestido eligirás?— Los dientes perfectamente blancos relucieron en el rostro de la vampiro. La pregunta sembró una semana de incomodidad en Leane.Boda, sabía que debía casarse con el Rey.¿Qué más le quedaba si no? Se encogió de hombros, ciertam
Las horas pasaron tan rápido como un parpadear. Tan solo faltaba poco para que la ceremonia se llevará acabo. Por la mañana un día antes de su boda, Benjamín decidió llevar a su Reina hacía su Clan. Porque a pesar de ser Monarca de cualquier líder, también él tenía su propio Clan. Los vampiros más fuertes, los más rápidos, audaces y antiguos, pertenecían a su territorio.Leane despertó sintiéndose como nueva. Al abrir sus ojos Ferhial ya se encontraba sentada en una esquina jugando un videojuego en su móvil.—Buenos días. ¿Deseas darte un baño caliente antes de desayunar?— Comentó guardando su teléfono celular. La pelinegra asintió. Por la noche Benjamín le comentó, después de despertar, que el siguiente día irían de visita a uno de sus Territorios vecinos.Ferhial colocó esencias de jazmines en el agua de la enorme tina. Algunos aceites humectantes y un jabón bastante tenue.—¿Cepillo su cabello Reina?— Leane a veces olvidaba que le estaban tratando quizás, como antes trataban a la r
Esperar a que Benjamín regresará nunca le había parecido tan ansioso. Si iba a la cocina tenía a tres pares de ojos rodeando sus movimientos. Si decidía visitar la biblioteca el menor de los hermanos ya estaba allí abriendo la pesada puerta. No quietos ni imaginarse cuando fuese al baño.Firheal seguía jugando con su teléfono móvil, la pelinegra se cansó de leer una revista sobre plantas medicinales y decidió espiar a su amiga.En cuanto observó la pantalla, la cual mostraba un escenario de batalla y varios soldados disparándose, una imagen fugaz apareció en su cabeza. Ya había visto ese escenario antes, ella había jugado ese juego antes.—¿Cómo se llama?— preguntó Leane.— Doce batallas— respondió ganando su partida.Se encontró a si misma divagando en su mente confundida, hasta que Murmuros y pasos se escucharon desde la entrada.Sonrió ampleamiente al verle entrar.—Su majestad— Los tres vampiros Guardianes hicieron una reverencia.—Llegaron antes de lo que pensé. Pueden divagar, l
El cielo parecía que estaba apunto de caerse para antes de las nueve de la mañana. Aunque todos estaban seguros que las nubes se irían dando paso al Sol, de quién durante mucho, las creaturas de la noche no pudieron disfrutar sin ser quemados por su dios.Se dice que un vampiro ofendió tanto a su creador, que la maldición de los rayos cayeron durante siglos. No fue hasta que cinco antiguos salieron de lo más profundo de la tierra que el dios del Sol perdonó su ofensa.La futura Reina despertó muy temprano por la mañana. Estar en el jardín le daba paz, minutos después desde la ventana Frehial le llamó. Subió por escaleras nerviosa ante la ceremonia que se llevaría acabo en pocas horas. Se detuvo al escuchar unos cuantos murmuros; Pobrecilla. ¿Crees que lo vaya a resistir? El Rey será cuidadoso.Pero ella es humana.Frunció el ceño regresando a su habitación.¿A qué se habrían referido?—Por fin, anda ya preparé tu baño. ¡dios Sol, que emoción!— rió, ella moría de nervios y su amiga est
Las manos de Leane le sudaban, el vestido apenas y cupo en la camioneta. En frente venía su sirvienta y de lado manejaba uno de los chóferes.Cientas de personas arribaron en frente del bosque de las luciérnagas.Detrás había un pequeño lago, mismo que sería lugar donde las Sirenas verían el evento. Toda creatura se había vestido y decorado para la ocasión. Líderes de vampiros, elfos, hadas, clanes, Alphas etc.El mayor de los trillizos informó al Rey de lo sucedido en el castillo. La irá del vampiro fue controlada por Canon, quién impidió cualquier desastre.— Averigua quien destruyó el vestido y asegúrate de que deje de existir— ordenó el Rey colocándose su saco.Leane llegó justo cuando todos estaban listos. Allí en ese precioso momento se preguntó si iría sola en su camino. Pero no sería así. Al bajar Canon se encontraba vestido en un traje de etiqueta azul mediterráneo. Para el Leal del Rey era un gran privilegio llevar a su Reina al altar bajo su dios.Leane respiró profundo, to
Colocó su cuerpo sobre la cama, observando esos ojos que le hacían delirar. Había esperando tanto para este momento. Leane se dio la vuelta, el majestuoso vestido negro de la coronación era pesado, un poco complicado de retirar. Claro que para el Rey de los Vampiros, nada le era difícil. En un rápido movimiento liberó el cuerpo de aquella prenda. Dejando a su humana en un diseño de lencería bastante simple.El pecho de Leane subía y bajaba, todo había pasado tan rápido, y a pesar de ello se encontraba encantada por el hombre que le miraba con deseo.Benjamín sonrió de lado, adorando las mejillas completamente sonrojadas de su ahora esposa. Se separó de la cama solo para quitarse parte de su vestimenta. Las manos de la pelinegra empezaron a sudar frío, no recordaba haberle visto sin algo que le cubriera el torso. La piel de su brazo derecho y abdomen estaban pinceladas con tinta negra, repasó con curiosidad los tatuajes sin forma conocida. Se sintió pequeña al estar frente a él.El Rey