—No puedes pasar… —André corrió la mirada a Sophie, mientras el aliento salió de su boca. —Sophie, querida… ¿De qué carajos estás hablando? Necesito hablar con Samara, urgente… Sophie se cruzó de brazos en negativa. —No puedes, lo he dicho ya… es de mala suerte ver a la novia, y solo falta menos de una hora, para que la recibas en el altar. No pasarás… —André sonrió de forma cínica mientras negó rascándose la mandíbula. —Soy André Roussel, no espero… La mujer sonrió. —No te canses, no pasarás… y… ¿Cuándo comenzarás a llamar a Hanna por su nombre real?, hoy compartirás votos con HANNA… ni siquiera es legal que la llames así… André iba a dar un paso hacia delante, pero sabía que esta mujer llena de terquedad, no lo entendería, su asunto era urgente. Demasiado como para esperar. —De acuerdo, querida suegra, usted gana… —en vez de sonreír ante el triunfo, Sophie arrugó el ceño cuando lo vio darse la vuelta e irse, pero no se detuvo a pensar en nada que no fura su hija allí adentro
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