La embistió varias veces, al principio controlando su propia fuerza para no lastimarla, pero al ver que ella estaba disfrutando así como soportando cada embestida, aplico más fuerza, toda la que tenía para arremeter una y otra vez, pero no conforme con ello, la tomo subiéndola en sus brazos a horcadas sobre su cintura para penetrarla más profundo. Mariana sintió como su coño envolvía y tallaba hasta tocar el fondo de su sexo, gimió, pero lo hizo sintiendo una mezcla entre placer y dolor, fue entonces que descubrió que por esa razón él utilizaba la dinámica de la palabra segura y al menos hasta ese punto, su instinto le grito que debia usarla en ese momento, porque la presión que sentía en su interior era demasiado para ella, pero Mariana cerro los ojos en un intento para no ceder ante lo que su cuerpo le pedía. No solo era por su propio orgullo, sino también porque quería un poco más, se dijo a sí misma que podía soportarlo y para poder desahogarse, comenzó a gemir con más fuerza.
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