Aún con el antifaz Rebeka lo reconoció, era Diego y su corazón latió desbocado como si le hubieran dado una descarga eléctrica, desde que lo conoció, solo necesitaba verlo y ya todo su sistema se descontrolaba. —Rebeka ¿quién está junto al Diego?, se parece al hombre que me disparó —reaccionó asustada Guadalupe al ver a Alessandro, claro llevaba un antifaz negro, al igual que Diego, don Massimo no lo tenía, era lo suficientemente descarado para presentarse sin haber sido invitado y sin respetar la norma de vestimenta, la billetera de don Massimo Coppola era su carta de presentación. —No…, —le respondió Rebeka tomando su mano—, no es Luciano, solo se parece un poco. —Ya verá Diego, ahora me va a escuchar —espetó Brenda a su lado. —¡Brenda! —la llamó Sebasthian, y ella esperó a su esposo, el gigante Sebasthian Larsson puso el brazo de su esposa en el de él y fueron a recibir a la comitiva, Rebeka no se atrevía a acercarse, Richard llegó a su espalda, recientemente había h
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