PDV Luka. Di media vuelta para regresar a la ciudad, nos dirigimos en silencio a uno de nuestros restaurantes favoritos de comida española. Comimos, hablamos de negocios, aun con todo lo que he dejado atrás sigo siendo algo como el asesor de inversiones de mi amiga. No volvió a tocar el tema del matrimonio, lo que agradecí mentalmente. Entrada las seis, el teléfono de Christine comenzó a vibrar sobre la mesa, mientras ella estaba en el tocador, miré que era su madre así y contesté. – Hola, señora Aida, es Luka ¿cómo está? – Hola, Luka, que grato escucharte hijo, estoy muy bien ¿y tú? – Muy bien gracias, Chris está en el tocador y dejó el teléfono en la mesa, estamos comiendo en Ponte. – Oh qué rico, hace tiempo que no lo visitamos, luego me dices como estuvo. Yo amo la paella de ahí. – Si gusta le puedo pedir una para llevar, la paella está genial. – Oh querido no te molestes, a ver si nos vienes a visitar, hace días que no te vemos. – Pasa
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