PDV Luka. Di media vuelta para regresar a la ciudad, nos dirigimos en silencio a uno de nuestros restaurantes favoritos de comida española. Comimos, hablamos de negocios, aun con todo lo que he dejado atrás sigo siendo algo como el asesor de inversiones de mi amiga. No volvió a tocar el tema del matrimonio, lo que agradecí mentalmente. Entrada las seis, el teléfono de Christine comenzó a vibrar sobre la mesa, mientras ella estaba en el tocador, miré que era su madre así y contesté. – Hola, señora Aida, es Luka ¿cómo está? – Hola, Luka, que grato escucharte hijo, estoy muy bien ¿y tú? – Muy bien gracias, Chris está en el tocador y dejó el teléfono en la mesa, estamos comiendo en Ponte. – Oh qué rico, hace tiempo que no lo visitamos, luego me dices como estuvo. Yo amo la paella de ahí. – Si gusta le puedo pedir una para llevar, la paella está genial. – Oh querido no te molestes, a ver si nos vienes a visitar, hace días que no te vemos. – Pasa
PDV Isabel. Volví a mi Madrid y a mi rutina, solo que ahora soñaba con unos ojos azul eléctrico que me desvestían con su mirada profunda, esos días me despertaba tan excitada que solo podía tocarme yo misma para bajar la tensión en mi parte íntima. Dos meses después de haber ido a visitar a mis amigos, una tarde me llama mi madre invitándome a su casa para una cena de bienvenida en honor a unos amigos italianos que habían llegado a la ciudad hoy, le confirmé y al salir de la oficina compré par de botellas de vino y me dirigí allá. Al llegar me encontré con la pareja de amigos de mis padres, eran colegas y contemporáneos en edad, pasamos a la sala mientras comíamos unos tentempiés, me contaron que vinieron como estudiantes de intercambio a estudiar derecho acá en Madrid, pero al graduarse volvieron a su tierra, vivían en Torino, pero siempre quisieron jubilarse aquí por lo que decidieron mudarse. Cuando estábamos relajados se escuchó el timbre de la casa, con mi car
PDV. Isabel. Tres semanas después. – Oye Isabel creo que tenemos que replantearnos otras alternativas con respecto a este caso, debido a la bajada repentina de la empresa en la bolsa. – empezó diciendo uno de mis socios al salir de una reunión de conciliación ante la separación de una multinacional a la cual representábamos. – Estoy de acuerdo, sin embargo, tengo algunos otros pendientes para esta tarde, ¿te parece si nos reunimos a las siete? – propuse. Esta semana había sido de largas horas de trabajo, por lo que agradecí mentalmente que Leone estuviera en Torino. Estaba planeado que regresara el miércoles para irnos a Frankfurt, hasta entonces esperaba estar más desocupada. Este fin de semana sería la despedida de solteros tanto de Pilar como de Luis, tiempo que aprovecharía para presentarlos. Pasada la medianoche llegué a casa extenuada, me quité el traje y el cuerpo me dio solo para darme una ducha con agua caliente y acostarme en la cama solo con un
PDV Isabel. Finalmente llegó el viernes, trabajé hasta medio día y me fui en el vuelo de las dos a Alemania. En el avión me quedé pensando en quién podría ser la enamorada de Mario, la universidad era muy grande y podía ser cualquiera, por lo que no le di más importancia al tema. Me quedé dormida por las siguientes dos horas debido al cansancio acumulado. Me desperté cuando avisaron que pronto aterrizaríamos en el Rhein–Main–Flughafen aeropuerto que sirve a la ciudad de Frankfurt. Suspiré profundo ya que en ese momento había soñado con el hombre de los ojos azul eléctrico. "UMM, ese sí que es un alfa, justo lo que necesito" dijo la consciencia porrista desperezándose. – “¿Ah es que te gustan los patanes?” – le respondí. "No juzgues a un libro por su portada, abogado". Puse los ojos en blanco para mí misma; tomé mi maleta de mano y salí al encuentro con Pilar que había venido por mí. – Ahí viene mi abogada preferida – saludó, extendiéndome los brazos. – ¿C
PDV Isabel. – ¡Wow! Eso está fuerte – Exclamé – ¿Y él conoce a Luis? – seguí indagando. – Sí, claro que lo conoce, ¿Quién no? – Umm, ya veo, si te quiere ver mételo en tu lista de tres. – Le respondí tan rápido que me sorprendí a mí misma dándole esa sugerencia. – Por supuesto que no – dijo casi gritando. – ¿Por qué no? Dijiste que querías probar a tres ¿cierto? Bueno, ahí tienes uno conocido, bueno, aunque, primero deberías averiguar si se le pasó lo de la eyaculación precoz. Apreté mis labios para no reír. Mientras que Pilar me miró mal por unos segundos antes de girar su vista a la carretera. Nos estacionamos frente a un laboratorio muy chic y entramos para avisar de nuestra cita. Mientras esperábamos para entrar decidí seguir indagando. – ¿Cómo es que se llama el EP? – lo que ella captó que quise decir eyaculador precoz. – Basta con eso, no le digas así, éramos muy jóvenes, creo que era su primera vez también. – ¿Lo conozco?, realm
PDV Relator. El no creía en las casualidades, por lo tanto, debía actuar, ésta era su única o última oportunidad de buscar a su viejo y verdadero amor, que justo había decidido casarse cuando él por fin le había pedido el divorcio a quien no debió convertir en su esposa. Dio gracias al cielo porque María ella no quiso tener hijos en todos esos ocho años que compartieron porque iban a engordarla y ya no tendría tiempo para ella. Ya tenía un plan, había decidido romper el silencio y enviarle un mensaje a su amada, quizá fue un poco rudo teniendo en cuenta que hacía mucho tiempo que no le escribía, pero el enterarse de su casamiento había removido todo lo que se había encargado de enterrar por años. Pilar era la chica que además de inteligente y guapa le había robado el corazón apenas entraron a estudiar el primer año de derecho, siempre le hizo saber que ella le gustaba, pero tenía pena de acercarse, pues, aunque no era formal ya sus padres y los de María daban po
PDV Relator. Luka se le quedó mirando extrañado. – ¿Cómo entrar? Ahí está claro, debes registrarte, reservar y seguir las instrucciones – dijo cuidadoso recordando que Mario era abogado, sin embargo, era muy extraño que estuviera revisando eso en el restaurante de al lado. – Sí las seguí, pero uno, no hay reservación para hoy y dos, me piden unos exámenes médicos que, aunque los tengo al día, exigen que se hagan en un laboratorio de acá y a esta hora pues está cerrado. Luka lo escuchaba y notaba cierta frustración cuando hablaba, pero con la astucia que lo caracterizaba en los negocios decidió indagar un poco más mientras le entregaban el whisky que había pedido. – ¿Y por qué quieres entrar hoy? – Quiero buscar una chica que entró hace un rato. Luka abrió los ojos de par en par y asomó una media sonrisa. Gestos que no escaparon de la mirada de Mario. – Sé que suena medio romántico, pero verás, Luka, de verdad necesito hablarle, se va a casar y yo te
PDV Pilar. Respiré un poco aliviada cuando vi que el antro parecía de lo más normal, creo que me imaginaba ver bailarines eróticos por doquier y gente caminando semi desnudos llevando a su pareja con una cuerda amarrada a un collar. Me reí internamente de mí misma, a veces en mi trabajo debía exagerar las escenas y eso lo estaba llevando a mi vida personal. La música estaba muy buena, el local muy bien decorado, era circular con una barra en el medio y las mesas a los alrededores, de acuerdo a lo poco que capté de la conversación entre Pilar y su pareja de amigos, en el primer piso estaban las habitaciones a escoger y tenían un código de colores. Por mi parte me deleitaba con una piña colada que me provocó y estaba deliciosa. Lo bueno de estar aquí es que nadie me conoce, no me quiero imaginar si me consiguiera a alguien de mi trabajo, qué pensaría de mí. Aunque otra cosa que me llamó la atención es que la exclusividad del local hacía que sólo los grandes empr