Kelly se giró para pedir a la enfermera que los dejará a solas y la mujer lo dudó por unos segundos, pero Kelly logró convencerla, después ella se acercó a Felipe que parecía estar aturdido.–Necesito que me escuches. – Pidió Kelly con el corazón en la mano, rezando a Dios que Felipe no reaccionará como en el hospital, pero solo lo vio negar con el semblante triste.–Y yo lo que necesito es que te marches, por favor, Kelly. ¡Vete! – Contestó Felipe con la voz rota porque nada le dolía más que Kelly lo viese en aquel estado tan deprimente, y más le dolía saber que la lástima que le tenía era mucho grande que el amor que había sentido por él, porque solo en aquella triste situación Kelly se había decidido buscarlo. – Te pedí que me dejarás en paz, así que márchate, Kelly. Vamos a dejar esta historia morir de una buena vez, por favor. – Suplicó Felipe con la mirada perdida mordiéndose el labio inferior por los nervios que sentía de estar tan cerca de ella y también porque estaba cansado
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