Se sube a la cama y me abraza contra su pecho para relajarme con sus besos. Mi dolor desaparece pronto, y dejo de llorar.—¿Te ha dolido mucho?—Sí.—Lo siento, tenía que hacerlo de forma que no te dieras cuenta, de lo contrario no me habrías dejado. ¿Me perdonas?—¡NOOO! —exclamo, frunciendo mi ceño.—Sé que, me perdonarás. Te prometo que lo peor ya ha pasado, tenía que deshacerme de tu virginidad, quiero que te entregues a mí por completo, ve al baño y lávate la cara, no me gusta verte así.Asiento con la cabeza, voy al baño, me limpio y me meto en la cama. Lo abrazo con todas mis fuerzas, coge mi pierna y la pasa por su cintura, rodeándome con sus brazos, besa dulcemente mi frente.Cierro mis ojos. Su ternura me llena de felicidad por dentro. Carlos me quiere, me cuida, se preocupa por mí, sé que vendrá siempre que pueda a verme. Tengo que esforzarme más en quererle, cierro mis ojos y estoy tan relajada que enseguida entro en un profundo sueño.Percibo un pequeño hormigueo recorrer
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