GregoriCuando me enteré de que Vanessa, la empelada que se debe hacerse cargo de Margoth, no le ofreció siquiera de comer me enfierecí, me llamaron para informarme de su desmayo, enfurecí. Le di instrucciones precisas de todo, ¿qué más quería? ¿Qué se lo dibujara? Voy a reprenderla fuertemente, aunque a ella le importa muy poco. Vanessa, es una mujer de confianza, a pesar de ser tan joven es servicial y, sobre todo, leal. Tiene veinticinco años, y su madre fue empleada de mi familia, cuando heredé la mansión, ella ya venía incluida, pero pronto saldrá de ahí, está por graduarse y trabajará en una de las sucursales que tenemos en Londres. Desde que mi padre me comentó la situación de Margoth y lo que se le pidió hacer con ella, tengo la cabeza revuelta. ¡Solo a él se le ocurriría tal cosa!, ¡un contrato!, ¡un contrato de compromiso de pago! Por supuesto que Cornelio, estaría de acuerdo, encantado de recibir el dinero para seguir con su maldito vicio. No es que me agradara la idea
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