(Astor)Observaba el camino con los ojos cansados por tanto andar, Ciro me acompañaba, aunque no tuviera que hacerlo y le hubiera dicho ya que no necesitaba su ayuda.—Tenemos que salir de la ciudad antes de que noten nuestra ausencia. —dijo él, al tiempo en que apuraba el paso.No contábamos con provisiones para él viaje, no teníamos ventaja en lo absoluto.—No tienes que venir, ya te lo he dicho. Será un viaje largo, llegaremos prácticamente en un mes. —dije, con total sinceridad. No iba a engañarlo para que viniera conmigo. Ya había hecho suficiente por mí y no tenía por qué seguir.Esta era mi batalla, yo tenía esa mala sensación y presentimiento y lo debía de obedecer solo.—No voy a volver, mira, las cosas en el castillo no están tranquilas. —dijo Ciro, arqueando las cejas en un modo sarcástico. —Si vuelvo, seré un rehén. No quiero serlo, prefiero volver a mi casa. Me queda de camino tu cruzada, te acompañaré.Tenía razón en eso, ninguno de nosotros sería bienvenido, mucho menos
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