—Taylor, ¿Podrías prestarme la libreta de tu bolsillo? — cuestionó ella extendiendo su mano con firmeza, Taylor la observó con un poco de confusión, en ningún momento había puesto una libreta en su bolsillo, es más, él nunca cargaba nada en su bolsillo además de su billetera. —Es que no tengo bolsillos y la dejé ahí, en la bolsa derecha de tu chaqueta — aclaró para evitar algún malentendido, y, además de eso, ella sabía que Taylor no comprendería si no le hablaba con claridad.—Aquí está — masculló frunciendo el ceño, aún no se acostumbraba a que su compañera pudiera meter y sacar cosas sin ser notada, jamás olvidaría el día en el que logró tomar su arma sin ningún tipo de dificultad, ¿sería eso lo que le hizo sentir más atracción por ella? ¿El simple hecho de saber que era una mujer peligrosa? Bueno, el cerebro se enamora más fácil cuando hay peligro alrededor, por eso, no olviden subir a la montaña rusa en su primera cita.—Gracias. Bueno, Irene ¿Puedes describirme el aspecto del ho
Leer más