—Lo mismo que hace un viejo como usted, tomando aire — gruñó ella rodando los ojos y retomando su camino, su paciencia había llegado a su límite minutos atrás, si no se controlaba, posiblemente cometería un crimen en medio del sitio abandonado. Ella esperaba a que el hombre comprendiera la indirecta y continuara con su propio camino, lo cual no fue así, sino que se acercó con mayor velocidad a Roksana.—Déjeme acompañarla, así me aseguraré de que nada le suceda — aceleró sus pasos para ir a la par de la chica.—Hace un par de metros encontré el cuerpo de una mujer, estaba completamente golpeado, y debo ir por ayuda, de casualidad ¿Usted es el causante de eso? — indagó intentando calmar su ira; por otro lado, y con una intención diferente, estaba esperando a que él confesara de la manera más descarada posible de que efectivamente lo había hecho él, de manera que, Roksana podría golpearlo libremente sin sentirse culpable después.—Acompáñeme, tengo algo que mostrarle — sugirió el hombre
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