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Todos los capítulos de La amante del escocés : Capítulo 1 - Capítulo 10
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Una muerte asegurada
Isobel nunca se habría imaginado que aquel día iba a morir.El reto de subir a Ben Nevis, la montaña más alta de Reino Unido, no suponía un gran esfuerzo para Isobel. No podía evitar apuntarse a todas las excursiones que encontraba en línea o en folletos en establecimientos hacia los Montes Grampianos.Cuando Isobel llegó a la cima de la meseta, a aproximadamente mil trecientos metros sobre el nivel del mar, esperó a que los demás excursionistas se alejaran para continuar por otro camino, deseaba un momento de tranquilidad para extender el tartán en el suelo y sentarse sobre él. Alejarse del resto de viajeros para poder contemplar la vista que se hallaba ante tus ojos hacía que mereciera la pena renunciar al resto del recorrido. Ya los encontraría en el aparcamiento cuando terminase de disfrutar de la sensación que producía el aire escocés en el rostro
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Celoso highlander
Fort Williams, Escocia.Año 1700.Graham cabalgaba por el peligroso sendero montañés a bordo del único ser vivo en el que verdaderamente confiaba: un pura sangre negro que él mismo había ayudado a sacar del vientre de la yegua que lo dio a luz y que había adiestrado para que fuera su compañero desde que nació. Kendrick había sido lo único que había tomado, a parte de la ropa que llevaba puesta y unas míseras monedas de oro que eran nada al lado de la fortuna de su padre, de su hogar de la infancia cuando se marchó de ella a la edad de veinte años. Desde entonces había estado viajando por toda Escocia, habituándose a la vida de highlander que habían llevado tanto su abuelo como sus antepasados, pero que su progenitor había saltado en búsqueda de la modernización como si se sintiera avergonzado de ell
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Una dama ¿o no?
Graham se dirigió directamente a la fortaleza de su abuelo al percatarse de que nada de lo que él pudiera hacer ayudaría a la muchacha. Allí la mujer recibiría la atención que necesitaba. En su cabaña solo lo tendría a él. Pese a que Graham no vivía en el castillo, los sirvientes se inclinaron hacia el heredero del clan MacAllister y lo guiaron a su ala, la cual su viejo amo siempre mantenía acondicionada para él en el caso de que por fin recapacitara y abandonara la vieja choza en la que vivía en medio de la nada por tener un carácter tan terco y orgulloso. A pesar del estado de su acompañante, a quienes todos veían con la frente arrugada con confusión y lástima, nadie se atrevió a poner un dedo sobre ella para ayudarla hasta que él les dio permiso. No querían darle motivos para enfadarse con ellos. ─Haz todo lo posible por ayudarla ─le ordenó a Casandra, el ama de llaves favorita de su abuelo, antes de depositarla con cuidado en su cama y darse la vuelta sin presta
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Durmiendo en el castillo
 Cuando Isobel abrió los ojos, no podía creer dónde se encontraba. Estaba en el palacio a los pies de Ben Nevis, perteneciente por siglos al Clan MacAllister. Era una construcción blanca, hermosa y amplia que estaba situada en el valle que bordeaba los Montes Grampianos y llevaba años siendo mantenida intacta por sus familiares, quiénes habían amasado una fortuna a mediados de los siglos a raíz del comercio y la agricultura. Siempre había querido entrar en él, pero era una propiedad privada. Sus dueños siempre habían esquivado las propuestas de las organizaciones culturales para convertirlo en museo. Hasta dónde sabía, todavía había MacAllisters viviendo allí.Lo que nunca pensó fue que fueran tan extraños.En la habitación en la que se despertó, no había ni una sola bombilla. Habí
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¡No soy tu pu...!
Las emociones reprimidas en su interior se sintieron más llevaderas al sincerarse consigo mismo. Estaba, por algún motivo, destinado a vivir y morir solo, pero al menos ya era consciente de ello.Cuando se encontró frente a la mujer que había rescatado, no pudo evitar sentirse identificado con ella. Ambos se veían solitarios e independientes. Debía trabajar en una de las tabernas del pueblo, pero observándola de cerca, con la luz del día y no con el pobre resplandor de una antorcha, podía decir a ciencia cierta que era demasiado hermosa para laborar en una. Su nariz era pequeña, y sus pómulos eran marcados a pesar de sus mejillas redondas y rostro ovalado. Sus espesas, gruesas y abundantes pestañas golpeaban contra su piel blanca como la nieve, la cual también se encontraba salpicada de diminutas pecas marrones. Descendiendo, no pudo evitar tragar ante la visión de su pecho expue
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De vuelta en 2020
Montes Grampianos, 2020Duncan se detuvo a mitad del sendero de Ben Nevis para inclinarse con las manos apoyadas en las rodillas y tomar una profunda bocanada de aire. Su cabello rubio y mojado por el sudor caía sobre su rostro. Era un bailarín, un atleta entrenado para sobrellevar este tipo de situaciones, pero no había comido ni dormido en los últimos días y esa era la cuarta vez que subía la montaña en búsqueda de Isobel, reacio a creer el veredicto de la policía a pesar de que ya se había comprobado que la sangre que encontraron esparcida en la tierra le pertenecía. Oficialmente, ya estaba declarada muerta por las autoridades. Extraoficialmente, la culpa no le permitía descansar.Debía continuar buscándola.Una vez más, sus ojos se llenaron de lágrimas y su aliento se tornó pesado y espeso al pensar en su chica. En la manera
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Dama en apuros
Usaba un vestido blanco que se encontraba desgarrado y sucio. Era pequeña y de apariencia débil. Tampoco notó su presencia hasta que se cernió sobre ella con la intención de tomarla en brazos para conseguir ayuda y atención médica, puesto que dudaba que pudiera levantarse por sí misma. Tenía la sospecha de que quizás podría darle información sobre Isobel.Duncan se enderezó cuando la rubia frente a él se arrinconó contra la pared de piedra, incorporándose y arrastrándose de golpe. Lejos de él.Por mucho que quería preguntarle sobre su novia y sobre cómo había terminado así, se forzó a sí mismo a ser tan paciente como pudiera. La pequeña desconocida estaba asustada y a punto de colapsar al menor estímulo. No quería perturbarla.─Estoy aquí para ayudar. No temas ─explic&o
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Mujer loca
Pasado«Estoy muerta», había dicho la extraña chica que se encontraba inconsciente en su cama antes de caer como peso muerto sobre esta. Graham quedó absorto en sus pensamientos tras escuchar aquellas palabras. Sentía que debía entender algún misterio además del de la desaparición de Leslie y el que rodeaba su pasado. Debía poner orden en su cabeza y en sus actos, por tanto, primero se desharía de la lunática y después se centraría en la búsqueda.Su mandíbula se apretó al ver las manchas de sangre que la cubrían. Con la frente arrugada, se acercó y le quitó la gruesa manta de lana que todavía mantenía oculta sus piernas. Sin mirar demasiado bajó los extraños pantalones para ver el estado de sus heridas. Su confusión creció al percatarse de
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Mi salvador
Presente  Los padres de Duncan, Elizabeth y Derek, se mantuvieron en un curioso silencio mientras veían a su único hijo varón arrastrar a una extraña chica rubia a su habitación pese a que esta se veía como si proviniera de las víctimas fatales de un huracán. Duncan estaba desolado desde la desaparición de su novia. A pesar de que eran muy diferentes el uno del otro le constaba que se amaban o, como mínimo, se apreciaban y su pérdida lo tenía destrozado. Pese a que quería darle privacidad a su hijo, tras una discusión entre ella y su marido sobre si inmiscuirse o no, ambos decidieron que traer una desconocida a casa, era demasiado fuera de lo común para quedarse callados. Sus cejas se arrugaron cuando abrió la puerta de la habitación de Duncan y lo vio ayudándola a entrar en uno de sus suéteres.Leer más
Mi señor
Ahora el sonrojo en sus mejillas se esparcía hacia su pecho. Le avergonzaba que supiera lo vacío que estaba su estómago. No se había visto en un espejo, pero probablemente luciría patética. Leslie nunca había sido una chica pretenciosa, siempre se había sentido menos que todas las damiselas nobles que pasaban por el castillo de Sean MacAllister, y su aparición en ese extraño mundo no había elevado mágicamente su autoestima. Solo había tenido que ver a la madre de Duncan para confirmar lo que ya sabía: era alguien importante.Nuevamente se encontraba a merced de un hombre cuya posición la haría sentirse menos.Allí también existía la servidumbre.Allí también había amos.Allí también había nobles.Debía seguir las reglas y no aspirar a que Duncan la viera como algo m&aac
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