Samantha carcajeó al escucharlo y lo miró con ternura. —Sos todo un caballero, le llevas mucha delantera a tu papá —bromeó—. No te preocupes de que Óscar va a pagar la cama, debe dos. —Encogió sus hombros—, hasta ahora, puede que luego con ese peso rompa otra más. —Carcajeó. —Oye ¿cómo sabes que Gabo no me invitó a dormir muchas veces con él, porque estaba huerfanita de papás en Colombia? —Pau cuestionó riendo—. Todos estamos de acuerdo que mi hermano pague —señaló.—Pero Gabo te habrá invitado a dormir, con doble intención. —Soltó una risotada Sam—, en cambio, Angelito es un caballero. —Se llevó la mano a la barbilla. —¿A quién habrá salido? —cuestionó pensativa—, debe ser a tu familia. —Miró a Pau—, porque esos Duque, persiguen hasta una escoba con falda. —Carcajeó. Pau se aclaró la garganta y pensó en la lagartija.—Es verdad, de pronto tienen grandes tropiezos. —Mordió su labios—, es un Alvarado —indicó—, toma clases personalizadas con la dama sofisticada y distinguida —bromeó—
Leer más