Estoy a nada de perder la poca paciencia que me queda y cuando eso sucede, realmente me convierto en una persona muy poco racional; incluso doy algo de miedo. —Gigi, cariño puedes darme más que eso —exige por millonésima vez, Junior, el fotógrafo a cargo de la sesión de fotos a la que tuve que asistir por ordenes de Úrsula—. Quiero más pasión, más fuego cariño... tu mirada esta muy apagada. ¡Maquillaje, rápido! —y casi quiero gritar porque el maquillaje no lograra que mi mirada cambie y mucho menos mi animo. — ¡Suficiente, ya no quiero más maquillaje! —grito manoteando al aire, abandonando el set—. ¡Se acabaron las fotos por hoy! Comienzo a quitarme las joyas que me han hecho utilizar; todos en el sitio me miran conteniendo el aliento. Las chicas de maquillaje me miran sin saber bien que hacer al respecto y Junior se pone una mano en la cabeza mientras camina de un lado a otro, intentando controlar su respiración. —Cielito, corazón, reina hermosa... no puedes dejarme el trabajo tir
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