— ¡Vamos, muéstrame todo lo que tienes! Sedúceme con tus ojos, Gigi, conviérteme en hombre con tu sonrisa —me alienta Junior y no puede evitar sonreír con total soltura—. ¡Eso es, justo así! ¡Enamórame!Junior baja un momento el lente de su cámara y me sonríe, cómplice de sus palabra; cada una de ellas lleva un doble sentido y lo sé muy bien al tener la mirada penetrante de Kenneth sobre mi.Hay un estrago en mi estomago desde que él apareció y no es precisamente por él hambre porque ya hemos comido. Muy amablemente mi ángel de ojos grises trajo pizza para todo el equipo y aunque para mi era un alimento prohibido, igual me comí un pedazo antes de mi ensalada de verduras hervidas.Desde que llego no hemos tenido tiempo de intercambiar palabras pero las miradas yendo y viniendo por parte de ambos no han parada y ese me tiene un poco frenética y emocionada. Él parece encantado con lo que hago y yo estoy que doy saltos como chiquilla de quince por tener todo su atención. Se supongo que so
— ¡Basta, para ya con eso! —me quejo entre risas sonoras que me obligan a tomarme la barriga—. ¡Ya no me hagas reír que me duele!Pido con ojos llorosos y Kenneth alza sus manos inocente; hemos salido hace una hora del set de grabación y él no ha parado de bromear con el asunto de nuestra boda falsa.—Bueno, bueno ya no digo nada, esposa —bromea una ultima vez y toma su copa para beber un poco de whisky—. Que rápido avanzo nuestra relación. De amigos a novios en un solo día. ¡Increíble!Meneo la cabeza y sonrío un poco más relajada que antes.—Junior es muy loco y todos siempre le siguen la corriente —explico tomando un poco de mi copa de vino blanco.Hemos venido a un bar al limite del barrio Prahran, y hemos pedido bebidas un poco fuertes para ser apenas las tres de la tarde, solo porque Kenneth insistió en celebrar nuestra boda falsa.Y es que por locuras de Junior, un de los chicos del equipo se disfrazo de cura y Kenneth por su parte se puso un traje de novio y entre los tres pro
Estoy bastante animada y debo reconocer que en gran parte es mi culpa; me bebí yo sola la botella completa de vino blanco y sin duda eso dejo consecuencias en mi cuerpo, por lo que todo a mi alrededor da vueltas. Pero también contribuyo a mi estado actual que Kenneth me estuviera coqueteando de forma tan descarada, sus miradas me tenían cardíaca a punto de un colapso. Y yo que había pensado que hablarle de Liza le haría bajar los humos pero resulto al contrario, sus ganas de seducirme aumentaron.Y eso me llevaba a pensar hasta que punto todo esta tensión entre nosotros era real. ¿Acaso él podía estar mintiendo? Pero la verdad es que cada vez que estábamos juntos la química entre ambos hacia de las suyas.—No quiero que Mike me vea en este estado —murmure con dificultad sintiendo la lengua un poco pesada.Deje caer mi frente sobre mis antebrazos que estaban apoyados sobre la mesa.—Creo que en eso estamos de acuerdo —escucho decir—. Si te ve así, seguro piensa que yo lo hice a propósi
En estos momentos no podría expresar con palabras todo lo que estoy sintiendo al ser besada por Kenneth. Es algo que raya entre lo absurdo e irreal porque, ¿cómo se puede sentir tanto y tan profundo por alguien a quien apenas estas conociendo? No encuentra una explicación lógica a toda este amasijo de emociones que él despierta en mi y si antes solo una mirada me ponía frenética, ahora sus labios terminarían por enloquecerme.La noche ha caído por completo pero nosotros seguimos tirados en la manta sobre la arena con el ruido de las olas ambientando la escena; su cuerpo encima del mio y mis manos presas por las suyas por encima de mi cabeza. Mi respiración es errática por el ritmo sin tregua que llevan sus labios pero no me importa, porque cada una de sus lamidas a mis labios me llenan de oxigeno, me llenan de vida. Mi piel arde en cada rincón y mis manos queman de ansias por tocarlo, por acariciarlo. Quiero enredar mis dedos en sus cabellos negros, quiero sentir su cuerpo sin reparos
— ¿Estas segura de querer quedarte aquí esta noche?Veo a mi alrededor y asiento.—Mi hermano pondrá el grito en el cielo porque no llegue a dormir y mi madre ni siquiera notará mi ausencia —respondo tomando la taza de té que me ofrece. Estoy sentada en uno de los sofás de su bungalow, envuelta en la misma cobija del otro día—. Es muy tarde para que manejes de vuelta al south Yarra.Toma asiento junto a mí con una taza de chocolate caliente para él; hago un puchero y ríe de mí.—Deberías por lo menos avisar que te encuentras bien —bebo de mi taza y él igual—. El pobre de Mike debe estar muy preocupado por ti. —Querrás decir por su trabajo que es muy distinto —rectifico y se encoge de hombros—. Aunque dudo mucho que Úrsula lo eche por haberme perdido de vista.—Sigo sin poder creer que tu madre y tú se lleven tan mal.—Créeme, yo tampoco lo hacía hasta que después de muchos desplantes y su gran desamor, deje de luchar por algo imposible —lo mire—. Mi madre no me ama y yo he
Desde que conocí a Kenneth Lawler los recuerdos de mi relación con Jair se anularon completamente de mi mente, pero al estar así de forma tan intima con mi ángel de ojos grises, tirados sobre el piso de madera de su sala, respirando agitados y satisfechos luego de habernos masturbado; no puedo evitar pensar: ¿Qué fue lo que realmente sentí por Jair Garrett?Por mucho tiempo me convencí de que lo amaba, que por él seria capaz de dar mi vida sin pensar en las consecuencias; en mi necesidad de afecto y aprobación cometí el grave error de idealizar la atención que me daba. Y solo basto con un error para que su imagen perfecta se me cayera del pedestal tan alto al que yo misma lo subí y como si nunca hubiera sido real, mi amor por él desapareció.Quizás reprimía mis pensamientos sobre él porque recodar su traición dolía y quemaba mi orgullo herido.¿Acaso no valía la pena amarme?—Estas muy callada, princesita —la voz de Kenneth me saca de mis pensamientos—. ¿En qué piensas?Una de sus man
— ¿Qué pasa? ¿Te quedaste sin palabras o te comieron la lengua los ratones?No me atrevo a asomarme de nuevo; así que, no sé qué cara debe tener Kenneth en estos momentos.—En absoluto, señora Krantz —escucho de nuevo la voz de mi ángel y se nota bastante tensa y ruda—. La verdad me tiene sin mucho cuidado quien sea usted. Si tiene dinero o poder, eso no la da ningún derecho de llegar aquí, a mi casa, queriendo dar órdenes.Ahogo un jadeo; no puedo creer lo que escucho, Kenneth ha desafiado a Úrsula.—A ver, deja que te explique nuevamente porque creo que no has entendido nada —quiero asomarme hacia el pasillo, pero no quiero arriesgarme—. Bajo ningún concepto he venido a este… hum, ¿Cómo decirlo que no suene ofensivo? Tal vez cuchitril —mis ojos se abren—. Mejor dejémoslo en casa. Bien, yo no he venido a esta casa a dar órdenes. Si me he tomado la molestia de venir hasta aquí, dejando de hacer cosas mucho más importantes, es poque no quiero que mi empresa y mi marca se vean involucra
— ¿Estarás bien, princesita?Miro a mi lado Kenneth, sentado en el asiento de piloto de su auto; suelto el cinturón de seguridad, ya hemos llegado a la sede de la casa de moda Krantz.—Eso espero, ángel —le tomo la mano que reposa en la palanca de cambios; sonrío—. Ya estoy acostumbrada a lidiar con la furia y el pésimo humor de mi madre.Alza su mano y la enlaza con la mía, llevando nuestras manos unidas hasta la altura de su boca donde me besa con delicadeza los nudillos mientras me mira con algo que no puedo definir pero que logra acelerar mi respiración.— ¿Por qué me llamas ángel?Volteo un momento viendo por el vidrio trasero y compruebo que mi guardaespaldas sigue detrás de nosotros; nos ha seguido desde que salimos de la casa de Kenneth, después de haber pasado toda la noche esperándome.—Porque eso eres en verdad para mi —vuelvo a mirarlo—. Apareciste de la nada, como caído del cielo, aunque maldiciendo —él voltea los ojos; yo me rio—. Sin saber nada de mí, asumiste mi situac