Capítulo 38. Tengo que olvidarte.
Elizabeth Collins.—Por favor, detente —pido cuando me da un poco de respiro. —Ya no sigas.La verdad es que miento, no quiero que se detenga. Sus besos me saben a paraíso, tal y como la primera vez que nos besamos. El parece entender mis contradicciones internas porque me desobedece. Vuelve a besarme, ahora con mucho más desespero que antes.Habíamos estado casi un mes en esta casa juntos y nunca había cruzado esa línea, aunque muchas veces pareciese que ese era su deseo, se mantenía racional respetando mi disposición.—Te amo, Lissy —dice de nuevo entre jadeos. —Te necesito.Su boca baja de nuevo a mi mentón, luego a mi cuello y finalmente termina su recorrido entre mis pechos. Suspirar es lo único que puedo hacer. Todo mi cuerpo lo anhela de manera desesperada.—Esto no está bien —consigo decir en un segun
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